Dos noticias económicas fueron publicadas la semana pasada que son en apariencia contradictorias. Por un lado, la inflación mostró de nueva cuenta un incremento en su tasa anual, al mismo tiempo que Banco de México (Banxico) en su comunicado de política monetaria mandó señales de una posible baja en la tasa de interés.
Un análisis más detallado de la información del Inegi y de Banxico cancela esta esta contradicción. Comenzando con el indicador de precios, se reporta que en enero la inflación general repuntó a 4.88% anual, el tercer incremento anual en forma consecutiva. Este dato es sin duda negativo; no obstante, si atendemos a que los impulsores fueron los precios del jitomate y la cebolla (del componente no subyacente), las preocupaciones se matizan debido a que la alta volatilidad de estos bienes supone un próximo descenso en las quincenas por venir. Sin los incrementos de estos productos la inflación general hubiera descendido hasta 4.4% anual. Más importante resulta el hecho de que el componente subyacente (el índice que refleja más fielmente la trayectoria de la inflación en el mediano plazo) ya marca una desinflación persistente al caer hasta una tasa anual 4.8% en enero desde 5.1% un mes antes, acumulando 12 reducciones consecutivas. En consecuencia, a pesar del mal dato de la inflación general, la tendencia de la subyacente continúa apoyando la percepción de continua desinflación y, por tanto, apoya una próxima baja en las tasas de interés.
En este sentido, la reciente decisión de política monetaria de Banxico anticipó de forma más clara que el inicio del ciclo de bajas está próximo. En principio, el banco central mantuvo sin cambios la tasa de referencia en 11.25%. Hay que destacar varios mensajes importantes en el comunicado.
En primer lugar, ante el referido descenso en la inflación subyacente A diferencia de anuncios previos, ahora de manera más precisa apunta un cambio en la dirección de la política monetaria por parte de la Junta de Gobierno al afirmar: “En las siguientes reuniones evaluará, en función de la información disponible, la posibilidad de ajustar la tasa de referencia”.
En segundo término, a pesar de que es posible anticipar la baja en la tasa de referencia, el comunicado es claro en afirmar que persistirá la postura monetaria restrictiva, es decir, la tasa de interés real ex ante se mantendrá alta (arriba de 4%) en la medida que la inflación se ubique fuera del rango objetivo. En este sentido, Banxico afirma que la Junta de Gobierno hacia adelante: “Considerará la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación, a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria”.
En tercer lugar, Banxico anticipa gradualidad en la disminución de las tasas de interés. Se anuncia que: “Las acciones que se implementen serán tales que la tasa de referencia sea congruente, en todo momento, con la trayectoria requerida para propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3% en el plazo previsto”.
Estos tres puntos que interpreto del comunicado de Banxico sugieren que la tasa de interés podría descender este año hasta un rango entre 8.75% y 9.5%, tal que se mantenga la postura restrictiva. Todo estará en función de que la inflación descienda conforme a lo previsto por Banxico. Veremos si se cumple el escenario.