Ahora que los altos jefes de la jerarquía eclesiástica han revelado las reuniones que obispos y sacerdotes de Guerrero y Michoacán han sostenido con líderes del narcotráfico, que controlan amplias zonas de ésos y otros estados en busca de que cese tanta violencia, más que convocar a los candidatos presidenciales a asumir un “compromiso por la paz”, el próximo lunes, es a aquéllos a los que debe llamar a impedir que desde ahora manipulen y obliguen a los habitantes de comunidades y municipios que tienen bajo dominio, para obligarlos a que voten por quienes les ordenen.
Ni Claudia Sheinbaum, con todo el apoyo con el que cuenta; ni Xóchitl Gálvez con el reclamo y malestar ciudadano que logre capitalizar en la campaña; ni mucho menos Jorge Álvarez Máynez, postulado a última hora, podrán comprometerse a lograr la paz en el país, ante un crimen organizado y un gobierno desorganizado que, además, ni ha podido, ni tampoco quiso, hacerle frente en cinco años, propiciando que se apoderara de gran parte del territorio nacional que, admítase o no, hoy está bajo su control.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
La muerte de siete cadetes de la Guardia Nacional, ahogados en Ensenada el mes pasado en un “entrenamiento”, revelada ayer en la mañanera por el propio secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, es investigada por la Fiscalía Militar, encaminada al director del Centro de Adiestramiento de la corporación por desobediencia y abuso de autoridad.
A su vez, el Presidente López Obrador, sin mencionar el nombre del presunto responsable, confirmó que ya fue detenido, al explicar que en el mencionado entrenamiento del pasado 20 de febrero, participaron 11 cadetes, solo cuatro se salvaron y de los siete que perecieron, falta de rescatar el cuerpo de uno.
De acuerdo a versiones de cercanos a familiares de los cadetes muertos, lo que debe ser aclarado es si se trató de un entrenamiento o fue una de las de las acostumbradas “novatadas” a que suelen someter a quienes ingresan a las filas del Ejército o en este caso a la Guardia Nacional.
Igual que ocurrió en en proceso electorales pasados, algunas encuestadoras dan una ventaja de 20 o 30 puntos a una de las candidata en relación con la otra.
La grave falta de agua tanto en la Ciudad de México como en otras entidades federativas, no parece preocupar a algunos candidatos a cargos de elección que optan por abordar temas menos urgentes, a pesar de la crisis hídrica que se avecina.
