Otra vez el Valle de México está en contingencia ambiental. Independientemente de que la Ciudad de México se ubique en lo que sería la segunda urbe con el tránsito más pesado de América Latina (y la segunda posición más alta en América del Norte), sin que casi tres décadas de “gobiernos progresistas” haya cambiado tan poco honrosa posición dentro del índice TomTom, la quema de combustóleo por las termoeléctricas de la CFE en Tula es el factor de mayor impacto ambiental en la capital, diga lo que diga Manuel Bartlett o lo mucho que haya querido evadir el asunto la exsecretaria de Energía y hoy candidata oficial por Veracruz Rocío Nahle.
De acuerdo con TomTom, durante 2023, en la CDMX se gastaron, en promedio, 26.5 minutos en transitar distancias de 10 kilómetros, con atascos en 41% de los trayectos que, dadas las distancias en la capital del país, está en el segundo lugar mundial de pérdida por persona (152) tan sólo en 2023, al medirse una velocidad promedio de 18 kilómetros en trayectos.
El sólo colapso vial habla de un deterioro sistemático e ineficiencia de los sistemas públicos de transporte al que Martí Batres sólo puede aplicar paños tibios: ya sea Metro, Metrobús o camiones concesionados es medible la pérdida de eficiencia de tales servicios desde el Gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas hasta el de Claudia Sheinbaum. Ante ello, las y los capitalinos han optado por usar vehículos privados…, mismos que, dada la pobre inversión en mejora de vías primarias y su vinculación a redes secundarias, conlleva a que 5 millones de automotores protagonicen de lunes a sábado aquelarres atiborrados de pitazos y mentadas de madre.
Vaya, resultó otro de tantos cuentos del 2018 la descentralización de las actividades de Gobierno de la CDMX prometida por López Obrador que, según, diversificaría regionalmente el crecimiento económico y demográfico aliviando el caos vial de la capital.
Pero más aún: al abrigo de la Ley de la Industria de la Industria Eléctrica que promovió en 2020 la entonces secretaria de Energía, el despacho de energía eléctrica de la CFE, así generada por combustóleo, tenía primacía sobre la generada por fuentes renovables y limpias. Esto, bajo el precepto soterrado de que la generación con “la sangre de la nación”, es decir combustóleo, implicaba una recuperación de la soberanía nacional sobre las neoliberales empresas privadas que usufructuaban la fuerza solar y eólica de la patria. Hoy, en una de las metrópolis más extensas del mundo, nos estamos ahogando y secularmente envenenando.
Pero la producción de combustóleo de Pemex, debido a vejez y falta de inversión en las 6 refinerías operativas (Dos Bocas sigue siendo un sueño guajiro de 23 mil millones de dólares), el principal producto es combustóleo, combustible pesado que supera la fabricación de gasolina diésel.
No hay mercado primario de combustóleo en el mundo; se puede exportar a Europa donde refinerías modernas extraen azufre y carbono para crear combustibles más limpios y caros. Pero aquí, por una decisión patriótica y nacionalista, los habitantes del Valle de México respiramos el combustóleo transformado en electricidad.
Se desbarata Romo. Vaya semana para el morenismo en Miguel Hidalgo. El martes pasado varios de los principales operadores políticos del exalcalde Víctor Hugo Romo, así como trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, se unieron al proyecto del panista Santiago Taboada. ¡Sopas!
La desbandada tuvo lugar en un evento del candidato de la alianza PAN-PRI-PRD a la Jefatura de Gobierno realizado en Miguel Hidalgo. En el acto, los ahora exmorenistas aventaron al piso sus chalecos guindas, un distintivo que marcó una generación de “operadores territoriales” por parte de Morena y el Gobierno en la CDMX.
Vaya, quienes conocen del mapa político por aquella demarcación, saben que esa migración es producto del oficio político del panismo de la MH tras considerar que el exedil Romo se quedó prácticamente sin operadores, pues cada uno de sus brazos movilizadores de colonias como San Joaquín, Daniel Garza, Reforma Pensil, Tlaxpana, Anáhuac y Huichapan anunció de manera pública su renuncia al partido oficial.
Y no menos importante lo revelado en sus discursos los quince exoperadores estratégicos de Romo: señalaron que el Gobierno capitalino utiliza los programas sociales para presionar a las personas a apoyar a los candidatos de Morena.
Salvemos Morelos. La inseguridad se ha enseñorado de México. En la última década el promedio anual de homicidios supera las 34 mil víctimas, y la violencia echa raíz en algunos estados; pero cuando un policía municipal gana entre 6 mil y 9 mil pesos al mes, sin prestaciones de ley, nula capacitación ni desarrollo de carrera, todo por jugarse la vida, no tiene opción ante la delincuencia organizada, que les oferta plata o plomo. Ése es el panorama en Morelos, de Cuauhtémoc Blanco, donde el gobernador morenista no hizo nada para atender a sus cuerpos municipales y reina el silencio en la abanderada obradorista. En tanto, Lucy Meza, candidata de la coalición Dignidad y Seguridad por Morelos, presentó propuestas en seguridad pública… quien, por cierto, ostenta un posgrado en la materia, aunque no hay que ser un genio para atender el grave rezago.