Tras el frustrado intento de un grupo de normalistas encapuchados de Ayotzinapa de ingresar a Palacio Nacional, éste empezó a ser doblemente amurallado por la Marcha del Día internacional de la Mujer que habrá hoy, organizada por decenas de colectivos femeninos que por el Paseo de la Reforma llegará al zócalo, en donde habrá un mitin de reclamos al Gobierno por los miles de feminicidios cometidos en el país que han quedado impunes y desapariciones de muchas de ellas.
Es de sobra sabido que ni el Presidente López Obrador, ni ninguno de sus colaboradores, han brindado la atención que merecen y reclaman las millones de mujeres, que junto con jóvenes “aspiracionistas” y clases medias, no sólo les han sido indiferentes, sino que han sido blanco de agresiones mañaneras que, a querer o no, representan una amenaza electoral ante las anticipadas proclamas triunfalistas para que todo siga igual en el país.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Siguen los asesinatos de aspirantes y candidatos a cargos de elección, y atentados a dirigentes partidistas municipales, al igual que amenazas a habitantes de comunidades y municipios alejados, y aun cercanos, en buen número de entidades federativas por parte de grupos criminales para que voten a favor de quienes se les ordene.
Ya suman más de 30 los candidatos de distintos partidos postulados en lugares de riesgo que han solicitado protección y otros que, de plano, han optado por no contender ante advertencias de ser víctimas de “levantones”, secuestros o blanco de agresiones, sobre todo en zonas controladas por el crimen organizado.
Escalan las exigencias de padres y madres de los siete cadetes de la Guardia Nacional, que obligados a meterse al mar en Ensenada se ahogaron el mes pasado, a pesar de la alerta de olas de más de cuatro metros y que a los jefes militares que los obligaron a ello, se les responsabilice por homicidio.
Si ese video que se ha difundido, en el que un presunto “Cártel del Noroeste”, derivación de Los Zetas, defiende al Presidente López Obrador y niega que se le hayan entregado recursos para sus campañas electorales —como lo publicara el New York Times— cuyo origen real se desconoce, fue armado desde alguna área gubernamental o cercana a ella, de poco servirá.
En su columna de El Financiero, ayer, Raymundo Riva Palacio describe con detalle la forma en que fue elaborado, la vestimenta y armas de los encapuchados que aparecen, distinto al que el mismo grupo criminal diera a conocer el año pasado, que pone en duda origen y propósito, lo que a final de cuentas resultará vano sobre todo si hay nuevas revelaciones en el influyente diario neoyorquino.
