Dentro de nueve días los candidatos a gobernar la capital nacional debatirán sobre crecimiento, desarrollo económico, finanzas públicas, desarrollo humano, Estado de bienestar y política social.
Durante 90 minutos, Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski atenderán preguntas de los periodistas Blanca Becerril y Víctor Hugo Michel, para que la ciudadanía conozca su visión de la Ciudad de México en el presente, pero, sobre todo, hacia el futuro.
El Instituto Electoral local pondrá a disposición de medios de comunicación la producción de este primer debate para lograr la mayor publicidad posible.
¿Los debates logran alterar nuestras filias y fobias partidistas?
Ese domingo a las 8:00 de la noche más que deleitarnos escuchando la concepción sobre inversiones públicas o privadas para impulsar la generación y distribución de la riqueza en la urbe que imaginan Brugada, Taboada y Chertorivski, atestiguaremos cómo la candidata puntera en encuestas hablará de continuidad y amor por el pueblo, mientras que el panista pondrá de ejemplo la alcaldía de mayor ingreso per cápita, como modelo asequible para todos.
El candidato naranja apelará a que la CDMX aún no goza de MC como partido en el gobierno, que PRD y Morena gobiernan desde 1997 y que el PAN y sus comparsas sólo hacen negocios desde la función pública.
El mapa de la Ciudad de México está dividido en dos: guinda y azul desde 2021, el poniente en manos de PAN-PRI y el oriente, lo más poblado, por Morena y PT.
Alcaldías repartidas y un Gobierno central convertido en fábrica de candidaturas presidenciales de Morena. Desde Cuauhtémoc Cárdenas hasta Claudia Sheinbaum.
El primer debate sobre temas de compleja asimilación para la mayoría va a ocurrir cuando los chilangos estamos más al pendiente de los anuncios de la Comisión Ambiental de la Megalópolis para saber si al día siguiente toca o no usar auto, para saber y apechugar que el aire que respiramos, entre partículas de ozono y cenizas del Popo, es perjudicial para la salud y más si las inhalamos bajo un sol abrazador a nivel de alerta naranja, con riesgo de sufrir deshidratación o un seco golpe de calor.
Y sobre el árido ambiente padecemos baja presión o de plano falta de suministro de agua potable, en la mitad de las antiguas delegaciones.
Las presas que nos riegan y el sistema Cutzamala registran niveles críticos, poca agua y un horizonte alarmante para las próximas semanas.
Antes de elegir entre la y los candidatos a jefe de Gobierno, la capital de todos va a pasar saliva ante la escasez del nunca mejor dicho, vital líquido.
Cosmopolita concentración de muchedumbre en conciertos, eventos, playas artificiales o pistas de nieve de clase mundial, regiones corporativas clavadas entre vialidades infames, sin alumbrado público, vigor constructivo para trenes y casetas voladoras, ferias y parques monumentales, pero con lo sustantivo roto, sin agua y con un medio ambiente decadente. Ahí el debate.