Rosario Robles estuvo detenida en la cárcel de Santa Martha Acatitla mil 101 días, acusada de un presunto delito del cual nunca se tuvieron pruebas en su contra.
Durante su primera audiencia a la que acudió de forma voluntaria, un juez, sobrino de Dolores Padierna y René Bejarano, sus enemigos políticos, la mandó a prisión con base en una licencia falsa. Robles narra parte de su historia en el libro Rosario de México, publicado por editorial Grijalbo. Hoy platicamos con ella en esta entrevista.
BIBIANA BELSASSO (BB): Acabo de leer tu libro y siento que no está escrito con resentimiento, sino desde el corazón.
ROSARIO ROBLES (RR): Para mí era muy importante decir mi verdad, y los muy dolorosos, muy oscuros muchas veces, pero también muy luminosos días que viví en la cárcel.
BB: Entrar a Santa Martha Acatitla, en un lugar donde hay tanto dolor, ese dolor se contagia.
RR: Es tremendo. El primer día yo simplemente no podía creer que estuviera en ese lugar y el famoso candadazo es algo que recuerdas para toda la vida. Cuando empiezan a cerrar con el candado todas las celdas. Ahí es donde aprecias la libertad. Nunca piensas que la vas a perder. Y cuando tienes que vivir toda esa experiencia por una persecución, por una venganza, porque se fabricaron pruebas, finalmente, y eso es lo importante, de hecho, por eso decidí escribir este libro, es que después de todo este tiempo no acreditaron uno solo de los elementos que plantearon, no me encontraron un solo recurso indebido, que yo haya tomado dinero, que tenga propiedades, que tenga cuentas en el extranjero, nada, de nada.
BB: Te detuvieron por una identificación falsa.
RR: Una licencia falsa que cuatro años y medio después la Fiscalía de la Ciudad de México decide llevar a cabo un proceso diciendo que es una licencia falsa y la juez que lleva el proceso dice que es una licencia falsa. Yo, desde el primer día, dije: “Es una licencia falsa, con ésta me están justificando una prisión preventiva”, y durante todo ese tiempo ésa era mi licencia y esto era lo terrible.
BB: Tu delito no ameritaba prisión preventiva.
RR: Así es, y casualmente a la única a la que decidieron que había que encarcelar fue a mí.
BB: Tengo entendido que el juez Delgadillo Padierna, que te mandó a prisión, hoy es magistrado, ¿correcto?
RR: Hoy es magistrado, sí, premian… jueces de consigna son premiados, lamentablemente, en nuestro sistema.
BB: Te tocó conocer a muchas mujeres inocentes en la cárcel.
RR: Mujeres, además, abandonadas, criminalizadas, si van a llevar a juicio a una banda de secuestradores y en ella está la mujer que hacía el fideo porque está sometida al marido, porque la están amenazando con los hijos, les fincan que es la líder de la banda. En otro caso, tú eres presuntamente inocente y, sin embargo, como pisaste una cárcel ya eres delincuente.
BB: Tú has dicho que para las mujeres en las cárceles es una doble criminalización.
RR: Así es y habiendo protocolos internacionales que México ha suscrito, que hablan de que preferentemente optes por justicia restaurativa cuando la mujer es madre, cuando tiene hijos pequeños, cuando es el sostén de la familia, las separan de sus hijos y las llevan a la cárcel. A las mujeres en prisión preventiva las encierran 23 de las 24 horas del día, 15 a 20 mujeres en estancias de cuatro metros cuadrados, sin agua, en medio de cucarachas.
BB: Mujeres que no han sido declaradas culpables.
RR: No han sido declaradas culpables. En mi caso, para un juez y para el Ministerio Público lo fácil fue decir: ‘Tú eres Rosario Robles, tienes relaciones, te puedes fugar por el tipo de vínculos que tienes con gente poderosa’, pero en otros casos les dicen: ‘Tú eres pobre, no tienes nada que perder y también te puedes fugar’.
BB: Trabajaste mucho para impulsar el tema de juzgar con perspectiva de género.
RR: Hay hasta un protocolo de la Corte, hay jurisprudencia de la Corte y entonces, cuando yo empiezo a convivir con estas mujeres, es para decirles que sus abogados utilicen este protocolo, yo les escribía lo que tenían que decir al final de la audiencia: “Soy madre, tengo hijos de tales edades…”, aprendí, además, en esta convivencia, las tragedias personales. Somos muy dados a juzgar sin entender los entornos en que crece cada persona y el porqué está en un momento determinado ahí, porque no hay una visión antropológica, no hay una cuestión psicológica, simplemente es: ‘tú eres culpable y punto’. Pero cuando una chava me dijo con toda su crudeza: “Yo nací en una familia de secuestradores”, pues te quedas frío, porque es como si te dijeran nací en la familia de doctores, de arquitectos, de abogados. Entonces, realmente no estamos pensando en una visión alternativa que no sea punitiva, esta idea del castigo, ¿no?, de que te tengo que destruir el alma, un psicólogo para mil 400 mujeres y, como yo lo he dicho, no hay nadie que esté en la cárcel, incluida Rosario Robles, que no haya pensado en un momento en el suicidio.
BB: ¿Pensaste en el suicidio?
RR: Sí, pero yo tengo estructura y una hija que estaba dando afuera una pelea gigantesca, una batalla por la inocencia de su madre, entonces yo no podía fallarle a mi hija Mariana, pero intentos de suicidio… bueno, acaba de haber en una de las cárceles del país, cuántas mujeres se suicidaron en Morelos. Y a chicas de 18 años les recetan sentencias de 50 años, en un país donde decimos que no hay cadena perpetua, ¿cómo le llamamos a eso? Entonces, no hay una auténtica reinserción social, y yo aprendí que, ayudando a estas mujeres, o sea, me daba de topes en la pared, pero cuando entendí que por algo estaba ahí y para algo podía servir y servirles y ayudarlas y ayudarme con ellas, en el sentido de apoyarme, empecé a vivir los días de manera diferente.
BB: Tu estancia en la cárcel apoyó a otras mujeres.
RR: Nos tocó la pandemia, eso fue difícil. No nos hicieron mastografías, colposcopias, en una audiencia yo le dije esto al juez. Al día siguiente me mandan llamar para mandarme a hacer la mastografía y mi colposcopia y yo le dije: “No, yo pedí mil 400, no pedí una”, entonces luego llegaron los carritos por fin, yo los inauguré y me dio mucha satisfacción.
BB: Le mandaste una carta al ministro Zaldívar.
RR: Logramos que fuera el ministro Zaldívar y, a propósito del 8 de marzo, justamente fue un 8 de marzo que le escribimos la carta 600 mujeres. Platicamos del abuso de la prisión preventiva y yo creo que fue un momento histórico, porque el ministro se dio cuenta del enorme dolor, de la injusticia, de mujeres con 18 años sin sentencia, yo les decía: “Ya lo que hayas hecho ya lo cumpliste, ya declárate culpable y vete de aquí”. Mujeres ya grandes que no se quieren ir de la cárcel cuando ya cumplieron su sentencia porque es su única vida, no tienen adónde ir.
BB: ¿Qué viene para Rosario Robles?
RR: Ser abuela casi de tiempo completo, porque Mariana, mi hija, está de candidata y yo cuido a mi nieto Mateo.
Voy a descansar unos días y esta columna se publicará hasta el próximo lunes 1 de abril del 2024.
Les deseo una muy feliz y segura Semana Santa.