Uno de los principales riesgos para la integridad de las elecciones tiene que ver con el uso de tecnologías de información. De manera emergente, los procesos electorales han tenido que afrontar el uso de las tecnologías para generar desinformación, ciberataques a candidaturas y autoridades, ciber violencia y manipulación de información sobre resultados, entre otras.
Como en otros ámbitos, el reto con el uso de la tecnología es la capacidad de las autoridades para hacer valer las reglas del juego en ese mundo virtual. No se trata únicamente de una labor de organización comicial adecuada, sino de mantener la confianza de los votantes en el sistema y el proceso. No obstante, ha quedado claro que las autoridades electorales carecen de los elementos para poder atender los retos sin la cooperación estrecha de las empresas de tecnología.
En ese contexto, se acaban de presentar los Lineamientos voluntarios de integridad electoral para empresas de tecnología de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES). Se trata de un documento conceptual que ensaya líneas de solución para los retos actuales. Para su presidente, la “desinformación es la amenaza más grave que enfrentan la democracia y la integridad electoral” en buena parte de los países.
Uno de los ejes centrales es el compromiso de las empresas para brindar información clara al electorado de sus políticas de procesamiento de información de forma previa y consistente. Adicionalmente, se busca que las empresas proporcionen públicamente información sobre el contenido político-electoral pagado para poder distinguir de mejor forma el contenido orgánico y la publicidad.
Un segundo eje consiste en la cooperación con la autoridad electoral. Para ello, se busca que se proporcione información que permita fiscalizar las contiendas electorales de forma eficaz. Además, que se establezca una estrategia para tomar medidas sobre la desinformación que afecte la participación electoral de la ciudadanía. Por último, establecer medidas para fortalecer la generación de confianza en los resultados electorales durante la jornada y su eventual judicialización. México ha avanzado en este terreno. Cabe destacar el programa “Certeza” que ha desplegado el INE y que ha permitido, precisamente, combatir la desinformación durante la jornada electoral mediante el monitoreo en redes y medios tradicionales para detectar las noticias falsas y contrarrestarlas con evidencia cierta. Este tipo de esfuerzos podría robustecerse si se cuenta con el apoyo de más empresas de información.
Aunque podría sonar a ciencia ficción, la realidad es que las amenazas son ciertas. Desde la intervención de países como Rusia o Irán para incidir en elecciones de otros países, ciberataques a las autoridades electorales para tratar de manipular información de resultados, Deep-fakes que generan desinformación y, en general manipulaciones que atentan conta el voto informado y razonado. El reto es combatir estas amenazas garantizando que los votantes tengan acceso a información de alta calidad.