¿Se puede triunfar en México o hay que salir al extranjero? (parte dos)

DE VICTORIAS Y DERROTAS

Alfredo Castillo *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Para mi querida ahijada Ana Sofía.

En la PARTE UNO de esta columna (https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/alfredo-castillo/triunfar-mexico-hay-salir-extranjero-parte-571999), empecé a desarrollar las dificultades o retos a los que se enfrentan los tenistas mexicanos en las categorías infantiles y juveniles. Lógico son muchas aristas, por lo que tuve que dividir estas reflexiones en varias entregas. En esta segunda parte de tres o cuatro, abordaré otros aspectos que pueden ser subsanados sin mayor complejidad en beneficio del tenis mexicano.

Imaginemos que los padres solventaron ya los costos económicos de viajar y competir durante siete u ocho semanas al año que referimos anteriormente, y que además ya se le permite jugar algunos torneos en una categoría más grande a la suya. Vayamos ahora al siguiente problema: la falta de espacios deportivos para competir con calidad. Lo ejemplifico.

Canchas de tenis para jugar en México puede haber muchas. Pero para competir y entrenar en un Campeonato Nacional hay muy pocas. Como los Nacionales de Tenis se juegan durante una semana determinada en una sola ciudad, la Federación de Tenis debe buscar que clubes privados presten sus instalaciones para albergar durante ocho días a cientos de tenistas que competirán en las categorías de 10, 12, 14, 16 y 18 años y menores, tanto en singles como en dobles, en la rama varonil y femenil, junto con un torneo previo de calificación, más lo que se conoce como “Torneo de Consolación” para los jugadores que pierden en la primera o segunda ronda del cuadro principal.

¿Qué significa esto? Qué nunca hay canchas suficientes, por lo que entrenar antes y durante el desarrollo del torneo es imposible. Ante esta situación, prácticamente todos los jugadores llegan “en vivo” a tratar de pegarle a la pelota en su primera ronda. Esto es, si entrenas en altura y en cancha dura los 365 días del año y el torneo se juega en estas condiciones, es probable que no tengas mayor dificultad. Pero si entrenas todo el año a nivel de mar y en arcilla, tienes mayores probabilidades de perder aunque seas muy superior a tu adversario.

A nivel profesional, los jugadores tienen que competir en todas las superficies y condiciones durante todo el año. Pero para un niño de 10 o 12 años, es muy probable que su única fuente de entrenamiento o práctica sea en la cancha de su club o la que está más cerca de su casa.

Hagamos la consideración que el jugador se fue días antes (con el costo que esto implica) a entrenar a un lugar en circunstancias similares en donde se desarrollará el torneo con todo y su coach. El niño gana su primera ronda pero se siente inseguro en determinados golpes. Después de su partido quiere corregir los errores. Tiene la voluntad y tiene a su coach pero no tiene donde hacerlo, porque no habrá canchas para ello.

¿Qué representa esto si los Nacionales se juegan en semanas consecutivas (dos en Semana Santa y tres en Verano)? Qué cuando más necesitas entrenar, menos puedes hacerlo. Sí un jugador entrena cuatro horas diarias, cinco veces a la semana (20 horas), ahora en las siguientes dos o tres semanas no podrá entrenar ninguna (60 horas menos), y se tendrá que conformar con su partido de torneo. Obvio al paso de los días los golpes se “descomponen” porque estás rompiendo la rutina de entrenamiento, con todo y que lleves a tu coach.

En los torneos nacionales en donde asiste mi hija he visto que se “pelean” canchas desde las seis de la mañana (lo que implica levantarte desde las cinco). Al final, si tuviste suerte de encontrar alguna, la compartes con otros dos o tres tenistas más durante unos veinte minutos, lo cual más que entrenar te sirve sólo para “calentar”.

El argumento de hoy es que los socios de estos clubes privados en donde se hacen los torneos, no quieren ni tienen porqué privarse de jugar tenis durante una semana si pagan una cuota de mantenimiento. Que mucho hacen con “prescindir” de sus canchas durante algunos horarios “muertos”.

¿Es por esto que no tenemos mejores tenistas? Por supuesto que no. Pero este es otro rubro que se puede mejorar con una correcta planeación y gestión para que no pase. ¿Qué hacer? En lo personal se me hace un absurdo que la Ciudad de México y Monterrey que deben contar con el mayor número de canchas per capita no tengan un Nacional por temas “internos” y que ciudades “pequeñas” hayan tenido un Nacional o un Masters cuando su organización e instalaciones fueron a todas luces insuficientes.

Sin importar quién es el Presidente de la Asociación de Tenis Estatal, la Federación debe buscar lo mejor para los tenistas y sus familias. Se puede hacer una convocatoria abierta diciendo cuáles son las necesidades de canchas, arbitraje, alojamiento, etc, y que los gobiernos estatales se involucren. Al final hay una derrama económica importante en este tipo de torneos por el gran número de visitantes que tiene el estado durante esa semana.

Si se logra este objetivo, podemos volver a una práctica que lamentablemente desapareció y que era de vital importancia para el desarrollo del tenis: Un torneo de “Consolación” que llegue hasta cuartos de final. Los que han jugado estos torneos saben a que me refiero.

En los torneos de Estados Unidos si pierdes no sales. El que perdió en semis juega por el tercero y cuarto lugar; el que llegó a cuartos juega ahora por el lugar del cinco al ocho. El que perdió en octavos por el lugar 9 al 16. Lo más parecido era el Torneo de Consolación que te permitía jugar un torneo paralelo en donde te insertabas dependiendo la ronda en que perdías. De esta forma quien ganaba la “Consolación” era el quinto lugar del torneo principal, porque bajo este esquema los únicos que no jugaban la “Consolación” eran los que llegaban a semifinales.

Actualmente solo lo juegan los que pierden en la primera o segunda ronda, y a lo más que aspiras es al lugar 17. Cuando he preguntado el porqué no se juega como antes, me dicen que la razón es que no hay canchas suficientes. Yo pregunto: ¿Y hace 30 años si había en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey?

Bajo un esquema de este tipo, el jugador tenía una verdadera “revancha” o “segunda oportunidad” ante una mal partido. Ahí si no existía la “mala suerte” en el draw y era muy probable que el match play de esa semana si te dijera realmente donde estabas parado y cuánto habías mejorado en los últimos meses, y no como ahora, que si llegas en “blanco” a un partido en condiciones inexistentes para ti te puedes ir a tu casa luego luego.

Ahora bien, pensemos que hemos logrado los cambios de poder jugar en tu categoría y algunos torneos en la categoría de arriba, que ahora si tienes tiempo para entrenar y preparar bien tus partidos en los Nacionales, que no tienes que hacer desplazamientos tan largos para jugar torneos competitivos, que los “Torneos de Consolación” hasta semifinales han regresado y que ahora tendrás más partidos que te demuestren tu verdadero nivel durante toda una semana.

¿Qué sigue? Ahora nos toca hablar de los entrenadores, del “coaching” durante los partidos, de la oportunidad de hacer concentraciones para los mejores y de arreglar intercambios con el exterior.

Lamentablemente como me he excedido una vez más en la explicación, necesitaré dos o tres columnas más para explicar los siguientes puntos, bajo la premisa qué si podemos arreglar o subsanar estas debilidades, no nos asegurará la llegada a la meta final, pero si nos hará más corto el camino para alcanzarla.

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