Animales maltratados, el grito de un México furioso

GENTE COMO UNO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Imagen: La Razón de México

Un adolescente rodea el cuello de una perra con un cable, la carga, se ríe, da sólo cuatro pasos para llegar a un pozo vacío y sin dudarlo, la arroja. Aunque escucha sus lamentos allá abajo, el torturador continúa, ahora lanzando enormes piedras al fondo del pozo donde yace la víctima, mientras las risas nunca cesan.

Walter y Budi, con el activista Arturo Islas.

Parece un relato de ficción macabra, sobre la obra de un psicópata, pero es la realidad ocurrida en Brisas del Campestre, en León, Guanajuato, donde esa perra permaneció por tres días a unos 15 metros de la superficie, sin agua y sin comida.

Gracias a un reporte ciudadano pudo ser rescatada y obviamente no por las autoridades. Fue Marcos Aguilera, un rescatista independiente quien acudió al lugar y entró al pozo para salvar la vida de la perra.

Luego de ponerla a salvo, fue al Ministerio Público a levantar la denuncia correspondiente y ahora “se busca” a los responsables, que muy probablemente nadie encuentre, porque no es prioridad buscar al maltratador de un perro, donde también “se busca” a tantos que hacen de Guanajuato el estado más violento del país.

Y es que México está lastimosamente desinteresado en los animales, lo vemos en las calles, en nuestros zoológicos, en nuestra sociedad maltratadora y en las propias autoridades.

Según datos del Inegi, seguimos ocupando el tercer lugar en maltrato animal a nivel mundial y el primero en Latinoamérica; En México, 7 de cada 10 animales sufren maltrato, abandono y abusos que los llevan hasta la muerte, incluida la tortura y el abuso sexual.

Recientemente se hizo viral el caso de Walter y su perro Budi, quienes fueron desalojados del Metro de la Ciudad de México, cuando el hombre trasladaba a su mascota al veterinario. La escena desató tal polémica en redes sociales, por la indolencia con la que los policías del STC sacaron del vagón a Walter que desesperado intentaba proteger a su perro herido.

Horas después en un comunicado el Metro justificó las acciones de su personal, señalando que se realizaron a petición de los usuarios.

Ciertamente el Reglamento de la Ley de Movilidad de la CDMX establece restricciones claras respecto al transporte de animales, con excepción de animales de asistencia o de servicio, como los perros guía. Pero la polémica fue sobre la evidente falta de empatía por parte de la autoridad con el animal herido.

En México el maltrato animal es tan grave, que se calcula que cada año mueren 60 mil animales con crueldad. El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México atendió entre 2020 y 2022, más de 17 mil 600 reportes por maltrato animal, 87% de los casos están relacionados con perros.

Es un hecho comprobado que la violencia hacia los animales tiene una relación directa con otras formas de violencia y se trata de una descomposición social.

De acuerdo a la Defensoría Animal, “los municipios con mayor índice de maltrato hacia los animales son aquellos que al mismo tiempo presentan las mayores tasas de crímenes violentos como homicidios, feminicidios, violaciones, robos con violencia o secuestros”.

Apenas el año pasado la fundación “Comunidades marginadas y sin voz” señaló que Guerrero encabeza las cifras por maltrato, crueldad y violencia contra los animales.

Un doloroso ejemplo de ello es Taxco, Guerrero, donde el crimen organizado paralizó a principio de año las calles, cuando las clases se suspendieron, el transporte detuvo los servicios por falta de seguridad y por la misma razón los comercios decidieron bajar las cortinas.

El mismo municipio que en marzo pasado vivió un trágico pasaje tras el cruel feminicidio de la pequeña Camila. La presunta responsable fue linchada y en medio de la turba, sorprendió la presencia de Max, el perro pitbull que defendía a la mujer y que al final fue rescatado con desnutrición severa y graves huellas de maltrato.

El Observatorio de Protección Animal ha señalado en múltiples ocasiones, que este tipo de actos son sólo la antesala de la violencia social o incluso la acompaña, pues donde hay maltrato animal, suele haber violencia contra niños, mujeres o adultos mayores.

El maltrato animal en México va mucho más allá de las imágenes virales de internet, son los hechos que reflejan nuestra profunda descomposición social, el grito de un México enojado, que se ha ido volviendo cada vez más insensible frente a la violencia que cobra vidas todos los días, sin importar la especie de la víctima.

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