El futbol es perfecto

ARQUETIPO FUTBOL

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

En plena época en donde se debate sobre la afectación que pueden tener los mercados económicos, en la vida laboral, en la esfera política, etc; con la inclusión de la Inteligencia Artificial y la revolución tecnológica que esto significa. Mientras esto ocurre, hoy la gran discusión en el mundo del futbol es si un balón de 70 centímetros de circunferencia cruzó o no una línea recta trazada por pintura.

Y no, no se trata del gol fantasma con el que Inglaterra obtuvo la ventaja ante Alemania en la final del Mundial en 1966. En tan sólo unos días la pelota, esa que nunca se mancha, puso de cabeza a las aficiones más apasionadas del planeta. En el sur de nuestro continente, Boca Juniors y River Plate se midieron por el pase a semifinales en la Copa de la Liga; en nuestro país, Pumas y América se enfrentaron en la penúltima fecha del campeonato regular. Y en Europa, Real Madrid y Barcelona definieron prácticamente el título de LaLiga en España. En los tres duelos, la polémica por el uso (correcto o incorrecto) del VAR fue el protagonista dentro del terreno de juego.

Probablemente el “error” más notorio fue en el clásico capitalino entre Pumas y América, cuando Igor Lichnovsky recibió un fuerte golpe de Piero Quispe tras una barrida en disputa del balón. De entrada, el árbitro central, Fernando Guerrero, no marcó nada por lo que fue llamado por el VAR; después de la revisión, Guerrero decidió amonestar únicamente al jugador de Pumas, respaldando su decisión al afirmar que Quispe toca antes la pelota. Una vez concluido el partido, Lichnovsky subió en sus redes imágenes con el daño provocado por la plancha.

En los superclásicos de España y Argentina se vivió el mismo drama, con una jugada idéntica, pero con diferentes camisetas y el mismo marcador. Así como lo ocurrido hace 58 años en Wembley, en Buenos Aires, se discute férreamente si la pelota cruzó o no la línea de gol. En este lado del mundo fueron los de River Plate los que se sintieron acuchillados por el VAR que anuló un gol que parece legítimo y que finalmente pesó en el resultado. Mientras que en el hemisferio norte, la afición del Barcelona la que afirma contundentemente que fueron robados en Madrid, por la misma polémica, un gol que aparentemente era válido y que el cuerpo de especialistas del VAR concluyeron que al no existir la tecnología del Ojo de Halcón en el futbol español, no había una toma de televisión que despejara las dudas.

¿Cómo es posible que un deporte que genera miles de millones de dólares anualmente aún pueda replicar discusiones como las de julio de 1966? Algunos afirman que se debe al romanticismo de este deporte, en el que el error humano forma parte del juego. El costo por temporada en la Premier League, que sí utiliza la mejor tecnología para determinar si el balón cruzó o no, es de alrededor de cuatro millones de euros, tal vez a los ingleses no les duele pagar, con tal de no revivir lo ocurrido en su país. El precio de una conciencia tranquila es invaluable.

El futbol es perfecto: la longitud y ancho de la cancha; la altura y profundidad de la portería. El peso y circunferencia del balón. Las reglas, estrategias, el número de jugadores, el tiempo. Los desperfectos vienen de otro lado.

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