El jazz en México está encarnado por figuras determinantes. Empecemos por Juan José Calatayud (Córdoba, Veracruz, 1939-Ciudad de México, 2003): pianista, compositor, arreglista y director de orquesta, protagonista activo en la faena de la música sincopada entre nosotros. Como compositor, entre sus obras más importantes, sobresalen Música para zoológico de Cristal (Tennessee William); Misa en Sol Mayor (variaciones para piano y orquesta sobre “I Got Rhythm”); Lety Blues; Preludios y fugas para piano y Jazzofonía ballet. Dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional, la Filarmónica de la UNAM y la Orquesta Sinfónica de la UAM.
Destaca el polémico Tino Contreras (1924-2021): trompetista, pianista, cantante, compositor, lider de banda, arreglista y notorio baterista, que llevó el jazz mexicano por varias partes del mundo durante más de 60 años. Entre sus producciones destacan Volado por los Merengues (1953), Jazz Ballet (1963), Misa en Jazz (1966), Jazz Mariachi (1974) y Papaztrato (1980). Acopló en sus ensambles instrumentos prehispánicos y Arpas Armónicas de Sonido Trece. Asimismo, el pianista Enrique Nery dedicó gran parte de su vida —y su obra— no sólo a promover el género, sino a formar nuevos músicos, a vincular generaciones y, principalmente, a darle una identidad propia al género del jazz en nuestro entorno.
Chilo Morán (Sinaloa, 1930-Ciudad de México, 1999): trompeta en las orquestas de Luis Alcaraz, Dámaso Pérez Prado, Ismael Díaz, Arturo Núñez y Agustín Lara. Su grupo fue el primero de música jazz en presentarse en Bellas Artes. Realizó giras por Las Vegas, San Francisco y Chicago. Integró por un tiempo la orquesta de Paul Muriat. Memorables los conciertos al frente de su quinteto y del dueto en 1991 con el pianista Leonardo Corona. Otros pilares: Víctor Ruiz Pasos Vitillo, extraordinario contrabajista veracruzano; Salvador Agüero Rabito, grandioso baterista. No podemos olvidar a Héctor Hallal El Árabe, Mario Patrón, Pablito Jaime, Tomás Rodríguez La Negrita, Francisco Téllez o a Freddy Noriega.
Espacios donde el jazz mexicano tiene hospitalidad calurosa: Zinco Jazz Club, un sótano en el centro histórico de la Ciudad de México, que incita con sus tandas de buen jazz; El Convite, fonda gourmet de la Colonia Portales Sur, que convida a unas cordiales tocadas de jazz mexicano los viernes y sábados. Nostalgia por la desaparición del salón New Orleans que estaba en San Ángel frente al mercado de flores: se escuchaban los silbos de las trompetas y saxofones con retumbos en la Plaza de San Jacinto. Cada vez que Paquito D’Rivera venía a México había que llevarlo ahí: “Me gusta el lugar, huele a jazz de los años cuarenta”, decía el saxofonista cubano.
100% Jazz. Mezcal: placa donde contrabajo, piano y batería vuelcan la tradición mexicana a los compendios del jazz. El percusionista Adrián Oropeza se encarga de las mutaciones de “La cigarra” (Ray Pérez), “Borrachita” (Tata Nacho), “Serenata sin luna” (José Alfredo), “Adelita” (López Alavés) y “Duerme” (Miguel Prado) al cosmos sincopado. Los emboques del agave se conjugan en los conformes de la libertad del jazz. 100 % Jazz. Mezcal, una hojarasca interminable de cadencias bop con arrojado swing azteca.
100% Jazz. Mezcal
- Artista: Adrián Oropeza Trío
- Género: Jazz (Mexicano)
- Disquera: FONCA