La novena, 200 años

LAS CLAVES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El 7 de mayo de 1824, Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre, 1770-Viena, 26 de marzo, 1827) estrenó en el Theater am Kärntnertor de Viena su Novena Sinfonía. Han transcurrido doscientos años: esta pieza sigue aseverando de forma concluyente cómo la emancipación y la fraternidad conforman las franjas de lo mejor del espíritu humano. No hay otra partitura que convide de manera tan convincente y honda a la necesidad de la concordia. Prosodia estructurada desde ramificaciones instrumentales provocativas.

La Sinfonía No. 9 en re menorCoral— fue concebida entre 1822 y 1824: conclusión de un colosal catálogo filarmónico. Las crónicas musicológicas y la crítica especializada la definen como “uno de los logros supremos de toda la historia de la música” (Helen Wallace, BBC Music Magazine). Incluida en los portafolios de las agrupaciones sinfónicas del planeta, es una de las sinfonías más interpretadas, estimables y requeridas por los programadores de las grandes salas de conciertos de América, Europa y Asia.

Primera vez que se incluyen secciones vocales en una obra sinfónica: el movimiento final, el cuarto —Finale: presto/alegro assai/andante maestoso— presenta a cuatro solistas y un coro en la modulación del “Himno a la alegría”, rimas tomadas de “An die Freude”, poema escrito por Friedrich Schiller en 1785, con estrofas añadidas por Beethoven: “¡Alegría, bella chispa divina, / hija del Elíseo! / ¡Penetramos ardientes de embriaguez!, / ¡Oh celeste, en tu santuario! /Tus encantos atan los lazos /que la rígida moda rompiera; / y todos los hombres serán hermanos / bajo tus alas bienhechoras”.

Estructura: I. Allegro ma non tropo, un poco maestoso. II. Molto vivace. III. Adagio molto e cantabile. IV. Finale. Formato orquestal con instrumentos de madera, metales, percusión, voces (soprano, contralto, tenor, barítono, coro) y cuerdas (violines, violas, violonchelos y contrabajos). Liberal síntesis de las formas clásicas con la combinación de voces en la orquesta en la expansión de una oda en el finale.

Primer movimiento (allegro) concebido en forma de sonata en desdeño de repeticiones: trompas, violines y violonchelos edifican una atmósfera sonora que proyecta una energía extraordinaria para dar paso al molto vivace de la segunda parte. El tercer movimiento se sumerge en lo meditativo a través de variaciones del tema principal que apelan a la resonancia del andante. Aparición de ‘nerviosidades’ de caprichosas disonancias. Violonchelos y contrabajos alternan con el recitativo de los coros en presti. Evocaciones de los tres movimientos precedentes, las cuales anuncian el brote de una gloriosa melodía.

“Himno a la alegría” que se amplifica constantemente hasta asaltar todo el finale concebido en una de las distribuciones más sugestivas y revolucionarias de la música occidental. Exposición de toda la orquesta en la recurrencia de un sublime scherzo marcial de ciertas consonancias turcas. Fuga triunfadora que invita a la exaltada bacanal de un colofón sinfónico único e irrepetible. / Partitura resguardada en la Biblioteca Estatal de Berlín e incluida en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco como documento de la herencia espiritual de la humanidad.

Sinfonía No. 9 / Beethoven ı Foto: Especial

Sinfonía No. 9 / Beethoven

  • Artista: Filarmónica de Berlín/Karajan
  • Género: Orquestal/Coral
  • Sello: Grammophon
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