El día de ayer la Comisión Nacional Forestal (Conafor) reconoció que hay 145 incendios activos en al menos 24 estados del país, incluidas 21 áreas naturales protegidas, mientras brigadistas hacen un esfuerzo sobrehumano para combatir el fuego.
Se calcula en 62 mil 240 hectáreas el terreno que está siendo afectado en todo el territorio nacional. Las entidades con mayores siniestros son Guerrero, Jalisco, Michoacán, Chihuahua y el Estado de México.
Tan sólo el domingo pasado fuimos testigos de fotos subidas en redes sociales de enormes incendios ocurridos en Valle de Bravo, Estado de México, que se extendieron durante el lunes en diferentes parajes. La Conafor destinó 200 brigadistas que al parecer todavía no logran extinguir los incendios, pero que ya controlaron.
Las autoridades parecen coincidir en que estos incendios fueron en su mayoría provocados. Esto sumado a la ola de calor que se vive en todo el país, y la sequía que estamos viviendo por la falta de lluvia, hace que se den las condiciones propicias para que este tipo de desastres naturales se agudicen.
Es oportuno señalar que la presente administración federal desapareció, entre muchos otros, desde el 2021, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que servía justamente para destinar recursos que solventaran crisis ambientales como las ocurridas con terremotos, incendios, inundaciones, etc.
Por ello no hubo dinero suficiente para enfrentar los estragos del huracán Otis en Acapulco ocurrido en octubre del año pasado; y ahora tampoco lo hay para aliviar la destrucción que hacen estos incendios forestales en todo el país.
Como si fuera poco, la diputada de Morena Patricia Armendáriz cínicamente pidió ayuda, a través de sus redes sociales, a la Conafor para sofocar a los incendios desatados en Valle de Bravo el pasado fin de semana.
Y digo cínicamente porque no tardaron en responderle que, gracias a su voto en la Cámara de Diputados, junto con sus compañeros de bancada, aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación para el presente ejercicio fiscal, en el que redujeron 50 por ciento en términos reales el presupuesto de la Conafor, respecto a lo que esta Comisión tenía al arranque de la administración en el 2018.
De $3.99 mil millones de pesos destinados en 2018, pasó a tan sólo a $2.67 mil millones en 2024.
Con la aniquilación del Fonden y el recorte de recursos a la Conafor, pues simplemente se quedaron desprotegidos este tipo de eventos, y ahora estamos sufriendo las consecuencias.
