El último debate y la (no) política exterior

VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Rafael Rojas<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Rafael Rojas*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

El tercer y último debate de los candidatos a la Presidencia dejó claro el deterioro y la subvaloración de la política exterior en la vida pública mexicana.

El errático desempeño internacional de este sexenio está siendo documentado por estudios académicos de gran calado, pero tal vez su indicador más convincente sea el bajo nivel de la discusión sobre el tema entre la candidata oficial y sus rivales.

La candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, defendió la gestión diplomática de López Obrador, afirmando que en este sexenio se respetaron los principios constitucionales soberanistas y de no intervención y se sostuvieron buenos vínculos con Estados Unidos y América Latina y el Caribe. Citó el título del conocido poema de Mario Benedetti, que musicalizó Joan Manuel Serrat, pero lo hizo en un sentido estrechamente latinoamericano, no de “Sur global”, que hubiera sido más promisorio.

La candidata opositora Xóchitl Gálvez cuestionó el entendimiento acrítico del gobierno de AMLO con Donald Trump, especialmente en el tema migratorio, y denunció el abandono de perfiles de carrera en el servicio exterior mexicano, algo que también objetó Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano. Gálvez reprobó la colaboración militar con Cuba y Nicaragua, pero no las innecesarias crisis diplomáticas con Perú, Panamá y Ecuador.

Si ya se había cuestionado la complicidad del gobierno de la 4T con la política racista y xenófoba de Donald Trump, ¿por qué dejar pasar la oportunidad de alertar sobre el posible regreso del magnate a la Casa Blanca y por qué no defender, con mayor claridad, una estrategia de diversificación internacional, que involucre a regiones como Asia-Pacífico o Europa, ausentes en la discusión?

Álvarez Máynez introdujo también el tema de las ambigüedades de la política exterior mexicana ante la ofensiva militar de Israel en Gaza. La alusión pudo haber dado pie para que Xóchitl Gálvez expusiera otras ambigüedades diplomáticas como las del propio Presidente López Obrador en relación con la guerra de conquista de Rusia contra Ucrania.

Sheinbaum anunció que su gobierno continuaría la línea del de AMLO, de respaldo a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (Celac), otra verdad a medias. Pero esa mención al paso pudo convertirse en punto de partida para impugnar a fondo el descuido de foros internacionales por parte de la actual administración, incluyendo algunos regionales, como la propia Celac, la OEA o la Alianza del Pacífico, en la que México ha dado la espalda no sólo a Perú y a Ecuador sino a gobiernos de izquierda como los de Chile y Colombia.

El mal tratamiento de las cuestiones de política exterior, en el último debate presidencial, refleja el peligroso consenso de que las relaciones internacionales importan poco en las preferencias electorales de los votantes. Aunque esto sea cierto, es un error de candidatos, partidos y equipos amplificar esa subvaloración.

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