30 candidatos muertos —la mayoría de ellos aspirantes a cargos municipales— es lo que arrojó la reciente investigación de El Colegio de México sobre las agresiones registradas en el actual proceso electoral.
El último asesinato ocurrió el 17 de mayo en Coyuca de Benítez, Guerrero. Aníbal Zúñiga Cortés, candidato a regidor por la alianza PRI, PAN y PRD fue asesinado junto a su esposa.
Hasta el 23 de abril —según lo dicho por el presidente en conferencia mañanera— 360 aspirantes reciben protección por amenazas.
Como una muestra, el botón que apretó esta semana Teresa Reyes Loza, quien buscaba la presidencia municipal de Santo Tomás de los Plátanos, en el Estado de México, pero renunció a su candidatura por las amenazas recibidas y el secuestro de su suegro días atrás.
935 candidatos que han renunciado a sus aspiraciones, de los cuales 515 son del estado de Chiapas (73% mujeres) y 420 de Michoacán, los dos estados que más asesinatos políticos han registrado.
Desafortunadamente, la elección más grande en la historia de México, donde más de 20 mil cargos se eligen, se convirtió en la más violenta. Pero en este proceso electoral manchado de sangre como nunca antes, nadie se imaginó que la fuerza de la naturaleza sería la que daría la nota más dolorosa.
La noche del pasado 22 de mayo ya quedó marcada en el calendario regiomontano con una de las peores tragedias en el contexto de la decisión político-electoral de México.
Menos de 10 segundos bastaron para convertir el cierre de campaña de Lorenia Canavati en un gran drama, provocado por una inesperada ráfaga de viento que derribó el escenario desde donde se escuchaba a cientos corear “Máynez, Máynez Presidente”, momentos antes de que el mismo candidato Álvarez Máynez, ahí presente, corriera para salvar su vida.
Afortunadamente el candidato resultó ileso y parte de su equipo con heridas no graves, pero al pasar las horas las noticias fatales fueron llegando: 4 personas muertas en el lugar y 5 más fallecidos en el hospital donde fueron trasladados. 120 heridos.
“…nos tomó por sorpresa, no estaba ni siquiera pronosticado en la ciudad una tormenta” declaró al día siguiente el gobernador de Nuevo León, Samuel García. Pero la realidad fue otra.
El mismo 22 de mayo el Servicio Meteorológico Nacional, a través de CONAGUA, emitió los cuatro pronósticos acostumbrados para cada día. El primer aviso se dio minutos después de la una de la tarde y advirtió: “Las rachas de viento podrán originar la caída de árboles y anuncios publicitarios”.
La segunda llamada se publicó a las 3 de la tarde, subrayando la formación de torbellinos o tornados, y minutos antes de las seis y media de la tarde se dio el último aviso. Hubo 3 oportunidades de modificar el evento o cancelarlo, pero no ocurrió.
Erick Cavazos, titular de Protección Civil estatal, señaló que la causa del desplome de la estructura del escenario del evento de campaña, fueron vientos completamente atípicos que se presentaron de forma repentina, con una tormenta eléctrica que desencadenó el fenómeno que causó el caos.
Javier Navarro, secretario de Gobierno de Nuevo León, señaló que no se encontraron fallas en la estructura del escenario del evento, lo que también confirmó Protección Civil del Estado, que descartó errores en el montaje o en la supervisión del mismo.
Es indiscutible que un clima inesperado está sorprendiendo a México y al mundo entero, pero en este incidente en particular, hubo factores que pudieron disminuir la dimensión de lo acontecido, según un experto en producción de eventos masivos, consultado para esta columna.
Por ejemplo, los enormes pendones con los rostros de Lorenia Cannavati y Jorge Álvarez Máynez, colgados en las torres delanteras de la estructura, al momento de la ráfaga hicieron un efecto de vela de barco, que pudo haber favorecido el “jalón”.
En la Fiscalía General de Nuevo León ya existe una carpeta de investigación por lo ocurrido, pero la descarga de responsabilidades está siendo la más cuestionada, en la parte económica que éstas representen.
¿Por qué tiene que ser el Estado, con los impuestos de los neoleoneses, el que se haga cargo de los gastos de las víctimas directas e indirectas —aunque es una acción loable—? Si la responsabilidad, según lo dicho por Protección Civil estatal, recae en los organizadores, que en este caso es el partido político Movimiento Ciudadano. Es una de las mayores interrogantes y reclamo.
El hecho es que 9 personas más perdieron la vida en un acto de campaña, que se suman a la estadística de pérdidas irreparables de este proceso electoral que hasta en su recta final, ha resultado más penoso que esperanzador.