La renuncia al PRI de Emilio Gamboa Miner fortalece la probabilidad del triunfo de Morena con Joaquín Díaz Mena al frente. La alternancia entre PAN y PRI en casa de gobierno, allá en Mérida, está a punto de quiebre.
La salida de Gamboa se suma a la idea de un exgobernador priista con los brazos caídos a la hora de operar a favor del candidato oficial, Renán Barrera.
La alianza PAN-PRI se está tensando en la recta final, al exprimer priista de la entidad, Rolando Zapata, le reclaman la falta de estructura y distribución de recursos económicos bajo el supuesto de estar más atento a portarse bien para llegar a la bancada de Morena en el Senado.
Al debilitamiento de la alianza prianista, sume que ayer la candidata del PRD al gobierno, Jazmín López, mejor conocida como Tina Tuyub, declinó a favor del candidato morenista.
Así, Huacho Díaz engrosa el inventario de apoyos simbólicos y regionales, que fortalecen la percepción de triunfo, más que probable.
Guardando proporciones, el efecto que esto produce tiene su símil con el apoyo declarado de la expriista y candidata al gobierno del Estado de México, Alejandra del Moral, al proyecto de Claudia Sheinbaum.
¿Cuántos votos aportan Del Moral o Tina Tuyub a los candidatos de Morena a la Presidencia o al gobierno de Yucatán?
Imposible saberlo con exactitud, la nota es el magnetismo que, en las horas finales de las campañas, provocan entre quienes están metidos a fondo en lides electorales, proyectos con un futuro ganador, tan inmediato, como el próximo domingo.
La suma de fortalezas propias y las debilidades ajenas proyectan en Yucatán una nueva alternancia, una que para la 4T significará, gracias a un candidato con fuerza local, romper la hegemonía histórica de sus adversarios en la entidad.
Panorama político en permanente cambio, orienta y acomoda estrategias y lealtades. La próxima semana conoceremos el resultado final que, para cada coalición, arrojen su táctica y visión para conectar con electores y actores relevantes.
Encuestas como propaganda. Cuando el INE cante los resultados del mayor proceso electoral concurrente de la historia, podremos observar y analizar cómo es que la difusión de encuestas ha servido como información y, si es el caso, cómo y cuáles de ellas fueron herramientas de propaganda partidista.
Ese corte de caja también va a exhibir a quienes, al cuestionar ciertas encuestas, han prestado servicio a intereses más allá del periodismo.
Que la única encuesta válida será la del 2 de junio es una verdad de Perogrullo, lo sustantivo estará más allá de la proximidad en las cifras de los estudios demoscópicos versus los resultados oficiales, y en función de ello, quedarán expuestas investigaciones parciales con ganas de ayudar, al pretender cuestionar la solidez de la encuesta, como un insumo incómodo para las partes interesadas.