¿Está a punto de caer el gobierno de Netanyahu?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Con el ruido mediático alrededor de la actual guerra entre Israel y Gaza se pierde de vista que la población, en ambos lados de la frontera, tiene opiniones heterogéneas. Ni todo el pueblo palestino apoya fervientemente al grupo terrorista Hamas ni toda la población israelí está en favor del gobierno de Netanyahu y la guerra en Gaza.

Es verdad que en los primeros dos meses después del 7 de octubre la gran mayoría de los israelíes apoyaron la campaña militar en Gaza en respuesta al peor ataque al pueblo judío desde el Holocausto. Sin embargo, el apoyo al gobierno de emergencia, y a la guerra, se ha ido pulverizando y hay hoy una profunda división en la sociedad israelí entre quienes creen que Israel debe terminar la guerra y permitir un acuerdo para la liberación de los rehenes y quienes buscan extender la guerra indefinidamente. Según las propias fuerzas de seguridad es imposible destruir a Hamas en cuestión de semanas o incluso meses como promete Netanyahu; en cambio, cada día que pasa reduce la posibilidad de que regresen rehenes vivos.

Por semanas Netanyahu lanzó una campaña para convencer al público israelí que la invasión en Rafah era esencial para destruir a Hamas, y con ese pretexto echó a la basura el esfuerzo de su propio grupo de negociadores y un posible acuerdo para liberar a los rehenes. Han pasado ya más de dos semanas desde que inició la invasión, y a pesar de la terrible tragedia humana que ha causado y de que Israel ha eliminado a algunos líderes importantes de Hamas y destruido una buena cantidad de sus túneles, lo cierto es que la invasión no acabó con Hamas ni regresó a los rehenes, sólo causó destrucción. Aunque a muchos en Occidente les cueste trabajo creerlo, para miles y miles de israelíes la guerra no se trata de vengarse o infligir dolor en Gaza y, por ello, han salido en masa a pedir un cese al fuego y un acuerdo.

Netanyahu se niega a ese acuerdo, pues supondría suspender la guerra y esto llevaría a las facciones de ultraderecha de su coalición a dejar el gobierno. Mientras haya guerra sabe que seguirá en el poder. No obstante, por primera vez desde que inició la guerra, las facciones de centro que se unieron a su gobierno anunciaron esta semana la intención de salirse de la coalición. Las próximas dos semanas serán decisivas, pues es la última oportunidad para la oposición de tirar el gobierno, según los tiempos parlamentarios, o de lo contrario Netanyahu quedará al frente del país por lo menos hasta enero de 2025. Se espera que día con día crecerán las manifestaciones.