Post mortem electoral

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

De acuerdo con el INE, 61% (58 millones de personas) votaron. El 60% de los electores lo hicieron por Claudia Sheinbaum, 29% por Xóchitl Gálvez y 10% por Álvarez Máynez. En Diputados, Morena y aliados obtuvieron entre el 54.6 y 58% de la votación, y en el Senado entre el 50 y 55%. En las gubernaturas Morena se quedó con 7 de 9, salvo Jalisco y Guanajuato, y con la mayoría de los congresos locales.

A continuación, algunas implicaciones:

Aplanadora: 60% del electorado votó por la continuidad de la 4T. Claudia Sheinbaum será la primera Presidenta de México y la más votada en la historia democrática del país, superando a López Obrador. Llega con una mayoría calificada en Diputados y casi la alcanza en el Senado. Morena y aliados controlan 23 de 32 gubernaturas. Esta concentración de poder no se veía desde el PRI de los 80.

Sobrerrepresentación: Morena y aliados podrían obtener el 72% de la Cámara de Diputados, aunque obtuvieron, a lo más, el 58% de la votación. En el Senado, con su 55-60% podrían obtener el 64%. No obstante, la conformación por curules muestra una sobrerrepresentación de 16% en Diputados, cuando el límite constitucional es de 8%. La clave está en que la sobrerrepresentación aplica por partido y no coalición, Morena y aliados jugaron con sus convenios de coalición para obtener esta mayoría legal pero artificial. Es claro que el electorado le dio la mayoría absoluta a la coalición de Morena, pero ¿quería darle la mayoría calificada que le permitiera hacer cambios constitucionales?

Turbulencia: El mercado reaccionó negativamente al resultado de la elección, el cual considera que eleva el riesgo de una concentración excesiva de poder y la capacidad para reformar al Poder Judicial, abre espacios de discrecionalidad que afectan la certeza jurídica en el país. Esto representa un doble riesgo para el próximo Gobierno. Primero, afectar los recursos jurídicos de defensa contra el Estado tiene efectos potencialmente negativos en la inversión privada nacional y extranjera y sus sucesivos efectos en empleo, recaudación y riqueza, un escenario indeseable en cualquier momento, pero sobre todo en un inicio de sexenio. Segundo, la reforma al Poder Judicial forma parte del proyecto de nación por el que votaron millones de mexicanos, de la agenda política de López Obrador y una convicción por parte de muchos legisladores de Morena, operar en contra, aplazar su discusión o matizarla puede desalinear a su coalición con su gobierno.

Ironías: La mayoría calificada en el Congreso es una manzana envenenada que no le gusta a la oposición, que no le gusta al 40% del electorado y que posiblemente le dará muchos dolores de cabeza a la próxima administración de Claudia Sheinbaum.

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