Para Igor Rubio, por todas sus atenciones y apoyo.
Después de muchísimas carreras se vio una imagen imposible de creer: dos pilotos de McLaren, Lando Norris y Oscar Piastri, rebasaban sin mayor problema al tricampeón mundial Max Verstappen, así como a los dos pilotos de Mercedes, George Russell y Lewis Hamilton, para situarse en los dos primeros lugares del Gran Premio de Gran Bretaña.
No fue que los coches de sus rivales tuvieran algún problema con el motor o la pista, sino que nos encontrábamos ante dos grandes pilotos con el mejor coche para este Gran Premio. Por eso es una gran derrota para esta escudería el haber terminado en tercero y cuarto lugar por una pésima estrategia, lo cual les terminó costando el doblete.
Es ahí cuando podemos afirmar que de nada sirve tener el mejor coche o ser el mejor piloto si hablamos de las carreras, o tener el mejor equipo de futbol, beisbol o basquetbol, o tener los mejores golpes en el tenis o el golf, si optas por una mala estrategia al competir.
McLaren llamó tarde a sus pilotos para ingresar a pits y dotarlos con neumáticos de lluvia, pero además en lugar de hacerlo con los dos pilotos en la misma vuelta, porque la lluvia ya era importante, decidieron dejar a Piastri con llantas para pista seca una vuelta más para que el australiano, en lugar de perder cinco o seis segundos de espera mientras le cambiaban las llantas a Norris, terminara perdiendo más de veinte segundos con los demás pilotos por esa vuelta adicional, lo cual le terminó costando la carrera. Y por si todo esto fuera poco, además las paradas en pits fueron malas en relación al tiempo y con los compuestos equivocados en la segunda parada a pits.
Por el contrario, Verstappen fue el primero en hacer el cambio a llantas de piso mojado, fue el primero en cambiar a llantas de seco en la segunda parada, y fue el único en utilizar el compuesto duro que le permitió ponerse en la antesala de la victoria, cuando todo apuntaba a que sólo aspiraría a un quinto puesto. Si la carrera ha tenido dos vueltas más, Verstappen hubiera terminado llevándose la victoria.
Los errores del presente de McLaren nos hicieron recordar las mismas pifias de Ferrari del 2022 que los llevaron de ser grandes protagonistas y contendientes al título a ser objeto de burla y escarnio por parte de expertos y aficionados, que ya no sabían si reír o llorar cuando escuchaban en la radio de pilotos si aplicarían el Plan A, B, C o D, para que al final sin saber en cual consistía cada uno, siempre terminaban ejecutando el peor.
Lando Norris se ha convertido en el rival más fuerte de Verstappen para esta temporada 2024, pero después de las dos últimas carreras, Red Bull puede descansar un poco sabiendo que más allá del gran coche y pilotos que tiene McLaren, su falta de experiencia, estrategia y pericia en los pequeños detalles, terminarán marcando la diferencia siempre en favor del equipo de la bebida energética.
Por lo que hace a Checo Pérez, se ha filtrado de manera extraoficial las condiciones de renovación en el contrato del mexicano, en donde supuestamente la diferencia de Checo con Max no puede ser mayor a 100 puntos, y tampoco puede haber una distancia mayor a cinco lugares en la clasificación final de pilotos entre el holandés y el mexicano.
Más allá de que estos supuestos sean reales o no, todo parece indicar que, aunque será mucho menos holgado que el año anterior, Verstappen terminará el año con su cuarto campeonato de pilotos, por lo que Checo tendría que terminar al menos en el sexto puesto, lo cual cada vez se ve más difícil si observamos que la competencia está contra los dos pilotos de McLaren (Norris y Piastri), los dos de Mercedes (Hamilton y Russell) y los dos de Ferrari (Leclerc y Sainz).
Sin duda, el buen desempeño de estas tres escuderías le ha metido una enorme presión al mexicano, quien hoy más que nunca debe añorar sus declaraciones del año pasado cuando decía que su peor resultado debía ser un segundo lugar, o cuando dijo después de su choque en la primera curva del Gran Premio de México que lo había hecho porque de nada le servía ya un pódium si éste no era de primer lugar (llevaba dos años seguidos con un tercer lugar).
Por el contrario, pudimos ver llorar a un Lewis Hamilton, quien no obstante de ser el piloto con más victorias en la historia de la Fórmula Uno con 104, disfrutó ésta como ninguna otra ya que no ganaba desde el 5 de diciembre de 2021, y ahora lo pudo hacer frente a su público.
Hasta para los que nunca fueron fanáticos de Hamilton, les terminó dando gusto verlo ganar por lo que esto implica para el deporte al ser el piloto con un mayor periodo de tiempo en ganar una carrera de Fórmula Uno (2007 a 2024), lo cual nos hizo recordar a otras leyendas como Tiger Woods (1997 a 2019 en el Masters de Augusta), Roger Federer (2003 a 2017 en Wimbledon), o Rafael Nadal (2005 a 2022 en Roland Garros).
Dicho sea de paso podríamos añadir que lo más loable de este victoria para el inglés es que esta la logró sin tener el mejor coche, a diferencia de sus últimas tres victorias en la temporada de 2021 cuando después de cambiar la unidad de potencia de su motor en el Gran Premio de Brasil, se quedó con un coche inalcanzable para cualquier otro piloto, incluido Verstappen (en ese Gran Premio de Brasil, en la carrera sprint, en poco más de 20 vueltas subió del último al quinto lugar, y si le han dado cinco vueltas más se va a primero; y ya en la carrera principal, aunque partió décimo, se llevó el Gran Premio de manera contundente).
DE COROLARIO. Siempre se ha hablado de un técnico como Marcelo Bielsa para la Selección Mexicana, pero hay intereses más fuertes. Uruguay le dio autonomía plena y en esta Copa América ya derrotó a Brasil y se metió a semifinales. Jugará la final contra Argentina y seguramente terminarán en penales.
Cada vez es más evidente que el futbol actual se tiene que jugar con 10 jugadores y no con 11. Hace 50 años eran futbolistas que comían carne antes del partido y no había cambios, hoy son atletas de alto rendimiento que te cubren absolutamente todos los espacios, corren como gacelas y además hay seis cambios de jugador.
A como vamos, el gol sólo puede caer por un descuido, una genialidad, o porque ya se abrió el marcador y se necesita remontar y, por ende, abrir espacios. Cada vez será más común ver partidos sin gol en los 90 minutos.