“Tropiezo administrativo” fue lo que dijo el Presidente López Obrador sobre el inservible Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). “Ahí no funcionó lo que teníamos pensado”, afirmó.
Qué fácil para el Presidente decir “ahí no funcionó”, cuando se había comprometido a que el sistema de salud de México sería como el de Dinamarca. Su tropiezo administrativo llevó a que entre 2018 y 2022, la cifra de la población sin servicios de salud pasara de 20.1 millones de personas a 50.4 millones, un incremento de mucho más del doble, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Este tropiezo administrativo tiene a miles de mexicanos sin medicamentos, sin terminar tratamientos, sin atención de calidad, sin cuerpo médico, sin especialistas, sin un mantenimiento adecuado a los centros hospitalarios.
Tiene razón el señor Israel Rivas, presidente nacional de niñas y niños con cáncer, cuando dice que es “dramático” lo que dice López Obrador, porque murieron cuatro mil menores por no tener en tiempo y forma sus medicamentos.
“Es una hecatombe. Causa mucho dolor sus declaraciones frívolas, tan faltas de humanidad, porque su error administrativo costó vidas. No se murieron cucarachas, hormigueros, fueron niñas y niños con cáncer que se murieron, fueron miles de personas adultas. Esto nos cae como una bomba. Demuestra el total desapego a esta situación, a este experimento de la salud”, sostuvo Israel en entrevista radiofónica con Azucena Uresti.
Este tropiezo administrativo tiene olor a muerte, porque como dijo Israel Rivas, “¿quién va a revivir a los muertos?”. No sólo a los muertos por falta de medicamentos, sino a los de la pandemia de la Covid-19, a los que no les pudieron hacer una cirugía o a los que no atendieron en urgencia por falta de médicos o de instrumental.
La negligencia y la desfachatez de este Gobierno indolente no sólo queda reflejado y plasmado en las palabras de López Obrador, sino en el luto que viven miles de familias por el tropiezo administrativo llamado Insabi.
Los tiempos de la administración del Presidente se están agotando, y los muertos de su sexenio por el tropiezo administrativo persistirán. México jamás tendrá un sistema de salud como el de Dinamarca, por lo menos no en el sexenio de la Cuarta Transformación.