La representación de los partidos en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, está en manos del Instituto Nacional Electoral (INE). Si bien las y los ciudadanos votaron por el partido en el poder, tampoco es que les hayan dado la mayoría parlamentaria, y eso lo sabe Morena y sus aliados.
Pero como es costumbre para ellos y para el inquilino de Palacio Nacional, una vez más pretenden violar la ley, toda vez que ellos saben que no pueden tener una sobrerrepresentación de más del 8 por ciento ni el Senado ni en la Cámara de Diputados, tal cual lo establece la Constitución.
El argumento que utilizan de que el 8 por ciento hace referencia a los partidos, mas no a las coaliciones, es su interpretación de la ley, pues buscan acomodarla a su modo para así salir beneficiados en Diputados y hacerse a la mala de la mayoría absoluta, esto con la intención de aprobar reformas sin cambiarle ni una coma.
La sobrerrepresentación acaba de un plumazo con la pluralidad en el Congreso y sucumbe la autonomía del Poder Legislativo ante el Ejecutivo, la cual de por sí está casi diluida con López Obrador.
Como bien lo dice el exconsejero electoral, Ciro Murayama, “la sobrerrepresentación puede distorsionar la voluntad ciudadana”, toda vez que Morena está inflando artificialmente el número de sus diputados y el de sus aliados.
Pero esto puede evitarse si el INE hace valer la Constitución y las leyes electorales que de ella emanan, es el instituto electoral el único que puede trabajar en la representación partidista en el Congreso, y no la Secretaría de Gobernación.
Es lamentable que la dependencia federal que debería de estar en favor de evitar el poder absoluto, sea la primera en enviarle mensajes al INE a través de la mañanera, sobre cómo deben integrarse las Cámaras a partir de septiembre.
Evitar la sobrerrepresentación está en manos del INE, la ley es muy clara, ningún partido ni coalición puede tener más del 8 por ciento de representación en el Congreso, ir en contra de lo establecido es regresar al pasado autoritario y acabar con la pluralidad.
Confío en que las y los consejeros electorales actuarán apegados a la Constitución y darán muestra de que en México la ley sí es la ley.