Milton Morales Figueroa continuará en el equipo de inteligencia de la capital nacional y del Gobierno federal.
Al vivir a través de su esfuerzo de 17 años, trascender su cuerpo material y haber sido su presencia y trabajo parte vitalmente sistemática, efectivamente sensible y discreta de un esfuerzo de política pública generador de resultados, el Jefe Milton pervive.
Del esfuerzo colectivo asociado con la provisión de seguridad y procuración de justicia distintivas de todo proyecto político transformador, como el iniciado en la CDMX en diciembre de 2018, Morales Figueroa es parte por siempre y permanecerá junto a nosotros.
Corre y se esconde el criminal. Quienes le pagaron observan.
El destrozo de la vida de Milton, solo en este plano, por los impactos de al menos tres balas implacablemente consecutivas hieren a la comunidad entera. Pétalos de rosa, el toque de silencio, las condolencias generalizadas, anuncian la trascendencia del trabajo de su equipo, aun cuando muchos beneficiarios directos no conectarán el trabajo de Morales Figueroa con su propia seguridad protegida o recuperada.
La guadaña de la venganza busca limitar la acción gubernamental generadora del mayor número de detenciones del país en número, porcentaje, tasa por cien mil. El joven árbol de justicia derribado no sega el empeño. Evidencia la necesidad de mantener a Milton y muchos como él en el centro de la línea de defensa frente a los depredadores.
El asesino corre en dirección hacia el intento de impunidad con el cálculo del cumplimiento de sus contratantes de no ser él mismo asesinado o entregado a las autoridades.
El crimen contra Morales Figueroa deja a una persona de cinco años huérfana de su padre, a una esposa sin su pareja de vida, a la capital nacional la despoja de uno de sus dos más importantes jefes de inteligencia. Al equipo de Omar García Harfuch, Francisco Almazán Barocio, Pablo Vázquez y a todo el Gabinete de Seguridad formado por Claudia Sheinbaum y continuado por Martí Batres, así como a la Jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, sin uno de sus más entrañables y eficientes servidores públicos.
Con 40 años de edad, se había forjado desde hace al menos doce un prestigio profesional. La tragedia es parte de la provocación criminal cegadora de vidas de policías como Luis Ricardo Gómez García, ultimado al día siguiente en la autopista México- Cuernavaca.
En su conciencia tranquila, Milton no requirió escoltas ese día. La voluntad investigadora desplegada por el Gobierno de la CDMX y la Fiscalía encabezada por Ulises Lara dará con el responsable material. La pregunta más acuciante es cuál fue la motivación ulterior de quienes, con la responsabilidad intelectual después de haber sido detenidos o investigados por tráfico de drogas, feminicidio, extorsión, Trata de Personas, secuestro o fraude, determinaron enviar un mensaje brutal a dos meses de terminar esta administración.
El Jefe Milton vive en la continuidad de la lucha contra el crimen.