Hay una sombra que acecha en Tabasco, la tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de un personaje que ha vivido su trayectoria política en medio de escándalos, denuncias y deslealtades y que hoy -pese a ser investigado por solicitud presidencial- busca incrustarse en el primer círculo del próximo gobierno tabasqueño.
Jesus Alí de la Torre es un político de gran experiencia, inteligente y sobretodo hábil para usar las crisis a su favor. Formado en el PRI llegó a ser alcalde de Villahermosa y candidato del tricolor al gobierno tabasqueño, fue el primer priista derrotado en lo que era uno de sus principales bastiones.
Pero el activismo de Alí de la Torre para colarse al próximo gobierno tabasqueño en un alto cargo en la Secretaría General de Gobierno, ha detonado un creciente malestar en la cúpula nacional de Morena, en liderazgos de las diferentes corrientes morenistas tabasqueñas, en sectores de la opinión pública y publicada de aquella entidad y en la sociedad civil.
Le explico por qué. En este espacio dimos a conocer el caso de Jesús Alí de la Torre: un político que -de acuerdo con investigaciones ministeriales a las que tuvimos acceso- habría usado sus influencias para fabricar un caso de homicidio donde el responsable era su supuesto amigo -dicho por él, apenas conocido-, un empresario enfermo de cáncer y a quien buscaba despojar de un departamento para financiar sus actividades electorales.
En este caso hicimos periodismo puro antes de publicar. Corroboramos la autenticidad de las denuncias -de las que se desprenden dos carpetas de investigación en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y que están a punto de ser judicializadas-, hablamos con el denunciante y las autoridades, buscamos a Jesús Alí sin que respondiera. El espacio sigue abierto para él cuando así lo decida.
El caso despertó tal expectación que medios nacionales e internacionales llevaron el asunto a La Mañanera y preguntaron al presidente López Obrador su opinión. La primera vez el Mandatario pidió que se investigara el caso a fondo y la segunda vez se declaró seguro de que el próximo gobernador Javier May cuidaría que en su gobierno nadie que va en contra del pueblo se aprovechara del movimiento de la 4T. Los medios locales le han dado un amplio seguimiento. Es un caso de interés público pues.
En el tratamiento de este tema se dio voz a un ciudadano ante un hecho que, de comprobarse ante un juez, podría llevar a la cárcel a más de 14 personas, entre políticos y servidores públicos.
Hoy el empresario tiene miedo de que si lo arrestaron como un gran delincuente en público, lo subieron esposado a un avión, lo llevaron a Reynosa, Tamaulipas, sufrió humillaciones, durmió tres días en el piso de una celda, amenazaron a su familia y lo extorsionaron, en cualquier momento lo pueden acusar de cualquier otra cosa.
No es un tema político. Pero Jesús Alí lo llevó a esa arena; a sus cercanos -de acuerdo con colaboradores del expriista consultados- defendía que se trataba de un asunto político para afectar sus aspiraciones y que había gente resentida con él por haber apoyado a Adán Augusto López Hernández y luego voltear bandera para apoyar a otro aspirante presidencial morenista.
Nada de eso. El caso de Jesús Alí de la Torre tiene que ver con quien era su supuesto amigo y que -de acuerdo con el empresario-, le fabricó un delito para que muriera en la cárcel para quedarse con una propiedad argumentando una deuda millonaria inexistente. Es un tema de dos pues.
Este es un caso donde un ciudadano de a pie confía en la justicia y en la nueva realidad democrática del país para poder enfrentar en igualdad de circunstancias a Jesús Alí de la Torre ante un juez, sin que el ex priista tenga protección política.
El gobierno estatal más votado en la historia de la transición democrática tiene una sombra que lo acecha y que busca su protección. ¿Se la dará?
RADAR
VENEZUELA En la entrega previa de LAS BATALLAS le comentamos sobre la ola de migrantes venezolanos que ha llegado a México desde el inicio del régimen chavista que hoy lidera Nicolás Maduro. Ciudadanos venezolanos asentados en México nos comentan que habrán de iniciar un intenso activismo de lucha contra el régimen desde territorio mexicano.
Este activismo, me aseguran, habrá de extenderse y estar coordinado en al menos 15 naciones, estando a la cabeza los ciudadanos que se han refugiado en México, Colombia y Estados Unidos. También me dicen que están listos para enfrentar la represión del régimen que, anticipan, será cada vez más violenta.