Dar vida

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Como católico que soy, creo que uno de los mayores milagros del Creador es justamente la acción que define al sustantivo, la de crear, la de dar vida. El gran Ciro Gómez Leyva, en su exitosa emisión radiofónica, cuestionó a su excepcional entrevistado: “¿Cuál es el incentivo para donar? “Realmente donar es dar amor, es dar otra oportunidad de vida”, respondió el entrevistado que ha salvado la vida gracias a su fortaleza física y mental, a su solvencia económica, a la generosidad de algún donador, y al talento y capacidad de sus tratantes e instituciones donde fue intervenido.

En México, cada 27 de febrero se celebra el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, fecha muy poco posicionada entre los mexicanos, tanto como la cultura de la donación.

Para finales del 2021, más de 22 mil personas en México se encontraban en la lista de espera con los deseos de recibir un órgano o un tejido. Para dimensionar (de manera muy superficial) la situación, el número de personas fallecidas en nuestro país en 2022 ascendió a 819 mil; ¿cuántas de ellas pudieron haber donado y cuántas realmente lo hicieron? Ese mismo año se reportaron dos mil siete donaciones, menos del 10 por ciento de la demanda total y mucho menos del uno por ciento del universo de personas fallecidas que posiblemente pudieron haberse convertido en donadores.

La exitosa emisión radiofónica dedicó un espacio para presentar el testimonio del doctor Gilberto Adame, lo que resultó, efectivamente, como lo dijo el entrevistador, “un lujo”, por ser sujeto de un exitoso trasplante de pulmón. En su exposición, subrayó la gran demanda que de donadores existe: 16 mil personas esperando un riñón, tres mil personas esperando córneas, tres pacientes esperando corazones y páncreas, y seis pacientes en espera de hígados.

Para los católicos que puedan tener alguna duda sobre el tema, retomo las declaraciones del Papa Francisco, quien en 2019 declaró al respecto: “El Catecismo de la Iglesia católica enseña que la donación de órganos después de la muerte es un acto noble y meritorio que debe ser fomentado como una manifestación de solidaridad generosa”. De igual forma, el Papa Juan Pablo II, manifestó que entre los gestos que contribuyen a fomentar una auténtica cultura de la vida, la donación de órganos en formas éticamente aceptables merece un aprecio especial.

Considerando el testimonio del gran Gilberto y mi experiencia como padre de familia, yo me atrevería a ir un poco más allá: donar nos acerca al Creador, nos da condición de padre y madre, permitiéndonos como dice don Gilberto, dar otra oportunidad de vida a todos aquellos que por la necesidad de un trasplante se encuentran al borde de la muerte.

Y sí, los medios de comunicación tradicionales y electrónicos podrían ser transmisores de una agresiva campaña de comunicación que sea el reflejo de una sólida política pública que fortalezca las capacidades de las instituciones y sus especialistas para realizar trasplantes, y que construya una profunda cultura de la donación.

Temas: