Banxico y sus contradicciones

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Mucha controversia y confusión creó la reciente decisión de política monetaria anunciada la semana pasada. En decisión dividida y contraria a la expectativa del consenso de analistas, Banxico disminuyó la tasa de fondeo en un cuarto de punto porcentual hasta 10.75% desde 11.0% La decisión fue apoyada por tres miembros de la junta y dos optaron por mantener la tasa de interés sin cambios.

La decisión, además de revelar fuertes divergencias al interior de la Junta de Gobierno, provocó controversias entre varios analistas y operadores financieros que vieron la medida como inconsistente frente al actual entorno económico financiero y especialmente por el desempeño de la inflación.

En efecto, si repasamos el desempeño de la inflación, ésta ha venido preocupando por su continuo ascenso. En julio, creció respecto al mes inmediato anterior 1.05%, avance no visto para un mes de julio desde 1996. Incluso a tasa anual, la inflación general se aceleró hasta 5.57% desde 4.98% en junio, acumulando seis meses consecutivos en su incremento anual.

Cabe notar que, si bien este desempeño inflacionario es preocupante, en su mayoría se explica por la inflación no subyacente, que a su vez es impulsada principalmente por precios de los productos agrícolas y del gas LP que poseen una fuerte volatilidad, por ello, es posible que su fuerte incremento (23% anual los productos agrícolas), descienda con relativa rapidez. Por otro lado, la inflación subyacente, el principal componente del INPC viene descendiendo consistentemente alcanzando una tasa de 4.0% en julio.

En general, se argumenta que el efecto de la política monetaria sobre los precios del componente no subyacente es bastante limitado; sin embargo, frente a un persistente aumento de estos precios, puede haber una contaminación de las cotizaciones de los bienes del índice subyacente (v.g. los precios agropecuarios afectan las cotizaciones de servicios como los restaurantes y loncherías), afectando así gravemente la lucha contra la inflación.

A esta situación de inflación creciente hay que agregar dos elementos. El primero, que Banxico subió su pronóstico de inflación y su balance de riesgos inflacionarios está claramente sesgado al alza. En segundo término, un complicado entorno financiero global ha puesto un nuevo piso al tipo de cambio (cercano a los 19 pesos desde los 17.50 anterior) que seguramente tendrá un impacto negativo sobre la inflación.

Frente a este panorama que luce bastante complicado Banxico decide bajar la tasa de interés. Además de que la mediada era ampliamente necesaria por el daño que ya está generando la astringencia monetaria en diversos ámbitos de la economía, considero que el banco central tomó varios elementos para justificar su decisión: (i) disminución persistente de la inflación subyacente, (ii) la debilidad en la actividad económica que incluso ha sido mayor a la prevista, (iii) el amplio margen de maniobra que proporciona la alta tasa real ex ante que señala una postura que a estas alturas ya luce muy restrictiva; y, (iv) el aumento de las probabilidades de que la FED en Estados Unidos comience a bajar la tasa de interés en septiembre. En medio de estas contradicciones es bienvenida la decisión de Banxico.

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