A sólo unas horas de que se diera a conocer el lamentable asesinato de un niño de 11 años en un campo de futbol en Toledo, ciudad del centro España, cerca de la capital, se desató una campaña de odio y desinformación en contra de los inmigrantes.
El pasado fin de semana, un joven de 20 años acuchilló a un menor de edad mientras jugaba futbol en las inmediaciones de un club deportivo en Mocejón, un municipio de la provincia de Toledo, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
El presunto culpable de este trágico asesinato, que según las últimas informaciones sufre de problemas mentales, fue detenido 24 horas después por la policía gracias al buen trabajo de los investigadores que rápidamente ubicaron al joven y días después encontraron el arma homicida.
Aunque el cruel crimen contra un menor de edad a manos de un joven que deberá enfrentar las consecuencias de sus actos, a pesar de su discapacidad, es un hecho suficiente para mantener en vilo a la sociedad y los medios de comunicación en España, la noticia se desvió hacia un discurso cada vez más utilizado, la criminalización de los inmigrantes en Europa.
El mismo día que se informó sobre el crimen, usuarios de redes sociales comenzaron a difundir mensajes de racismo y desinformación, asegurando que el asesino había sido un extranjero proveniente de África y enfocaron su odio a un grupo de menores migrantes que habría llegado de Canarias y que estaba alojado en un hotel del pueblo donde sucedieron los hechos.
Los sectores de ultraderecha se encargaron de difundir esta desinformación sin ningún tipo de validación de los canales oficiales, a pesar de que la propia familia que sufrió la pérdida del pequeño pidió no criminalizar a ninguna persona y menos “por la etnia, por la raza, por el color o por su creencia”.
Dirigentes del partido de ultraderecha Vox fueron los principales difusores de estos mensajes xenófobos y racistas, pero también se unieron otros dirigentes del Partido Popular como el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, quien no tardó en vincular la delincuencia con la inmigración, un mensaje que difunde sin sustento la ultraderecha española.
Este hecho no es exclusivo de España, es una constante que se ha multiplicado en toda Europa, donde se culpa de todos los males de un país a la inmigración ante una crisis que se ha descontrolado en los últimos años y que países ricos han generado durante décadas.
Un ejemplo más es el homicidio múltiple de tres hermanas en Reno Unido y que provocó una oleada desinformativa en Internet a través de las redes sociales digitales para culpar a los musulmanes que habitan ese país de un hecho en el que no tenían ningún tipo de responsabilidad.
Lo que es una realidad, es cada vez más preocupante el racismo en Europa y la utilización de las redes sociales para incentivarlo y difundir mensajes de odio y desinformación que inciden en el pensamiento de los más jóvenes.