Los hijos de El Chapo

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Muchos rumores en torno a los hijos de Joaquín Guzmán Loera se han dado en estos últimos días, sobre todo, después de la llegada de Ismael El Mayo Zambada a Estados Unidos. Y cuando llegan los chismes es porque hay un vacío de información.

Se dijo, a finales de la semana pasada, que Ovidio Guzmán López ya no estaba detenido en la prisión de Chicago y muchos especularon que había sido liberado para cooperar con las autoridades estadounidenses.

Las reglas, cuando alguien se acoge al programa de testigos protegidos en Estados Unidos, no funcionan así. Ovidio no será liberado próximamente; lo que sí sucede es que, si ha decidido colaborar con la justicia, como es evidente por la entrega de su hermano Joaquín Guzmán López, entre otras acciones, se tienen consideraciones, desde el tipo de prisión en el que estará hasta los años de sentencia que se le apliquen.

Ovidio Guzmán está detenido en resguardo de las autoridades estadounidenses y en espera de presentarse ante la justicia. En una primera audiencia, Guzmán López se había declarado inocente, pero parece que ha cambiado de opinión. Su próxima audiencia será el 1 de octubre, coincidiendo con la toma de posesión de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum.

Para Estados Unidos, la detención de los hijos de Guzmán Loera es muy importante, porque son ellos los que empezaron con desarrollar el fentanilo que tanto les preocupa.

Pero, además, en un conflicto binacional como el que se tiene ahora con México, en donde se han distanciado con nuestro país por temas tan importantes como las violaciones al tratado de libre comercio, la propuesta de la reforma al Poder Judicial, que deja en la indefensión jurídica a muchas empresas estadounidenses con fuertes inversiones en México, el tema de migración y el de seguridad, tener los testimonios de personas que han operado en las entrañas del crimen organizado en estos últimos años es muy valioso.

Con esa información, Estados Unidos, gane quien gane la Casa Blanca en el próximo mes de noviembre, podrá “negociar”, o, mejor dicho, ejercer presión para que México cumpla los acuerdos a los que se han comprometido.

Los cargos contra Ovidio son considerados graves: conspiración para importar drogas, conspiración para distribuir drogas, participación en una empresa criminal continua, lavado de dinero y posesión de arma de fuego, entre otros, aunque se declaró no culpable. Además, se le asocia con el tráfico de fentanilo, causante de la mayor crisis sanitaria por muertes relacionadas por sobredosis, la cual mató a más de 80 mil personas solamente en 2022.

El Ratón fue detenido el 5 de enero de 2023 en Sinaloa; ese día hubo bloqueos, saqueos, balaceras y quema de vehículos para evitar que Ovidio fuera detenido tal y como ocurrió cuatro años antes en el famoso “Culiacanazo” del 17 de octubre de 2019, cuando los sicarios de cártel lograron generar pánico con balaceras, quema de autos, bloqueo de las entradas y salidas de la capital sinaloense, y se dio la fuga de una decena de reos.

Sigue en custodia

El 15 de septiembre de 2023, Ovidio Guzmán, El Ratón, fue trasladado del penal del Altiplano a Estados Unidos, acusado por narcotráfico.

Y quien operó parte de ese operativo para intentar liberarlo fue El Mayo Zambada e Iván Archivado, considerado por las autoridades como el más violento de los hijos de Guzmán Loera, y quien hoy encabeza la fracción de Los Chapitos, en el Cártel de Sinaloa.

Pues en otro caso de especulación, el jueves pasado empezó a circular información de que Iván Archivaldo había sido detenido por autoridades mexicanas, lo cual resultó falso.

Lo que sucedió en Culiacán, Sinaloa, el pasado jueves, fue un enfrentamiento de fuerzas militares con miembros del Cártel de Sinaloa en la sindicatura de Jesús María, al norte de Culiacán. Ése es el poblado donde fue detenido Ovidio Guzmán.

Ese día, para generar caos y conflicto, los sicarios incendiaron vehículos y atravesaron un tráiler en la carretera internacional, se reportaron diversos vehículos del Ejército averiados por ponchallantas sobre el camino que conduce al poblado de Paredones, a la altura de la zona conocida como Mojolo, donde un vehículo militar fue volcado.

En redes sociales comenzó a circular la versión que todo el operativo militar fue para capturar a Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Conforme pasaron las horas y se prolongaban los disturbios, comenzaron a circular alertas de que el detenido era un miembro del círculo cercano de Archivaldo.

Pero a los pocos minutos, la versión cambió y comenzó a difundirse que el detenido era el mismo Iván Archivaldo Guzmán, el mayor de Los Chapitos y el máximo líder de esa facción del Cártel de Sinaloa, un hombre por el que las autoridades estadounidenses ofrecen 10 millones de dólares.

La Secretaría de la Defensa desmintió la captura de Archivaldo y aclaró que no hubo ninguna detención, que se trató de un ataque de sicarios contra elementos castrenses. Lo mismo dijo la Secretaría de Seguridad estatal y el gobernador Rubén Rocha Moya.

El pasado 31 de agosto, elementos federales catearon la lujosa finca rural Santa Julia, ubicada en la comunidad Bellavista, en el nororiente de Culiacán, y en la cual, según El Mayo, asesinaron al exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, el mismo día en el que lo citaron para una supuesta reunión, pero fue capturado y trasladado a un aeródromo cercano para llevarlo a

Estados Unidos.

Las autoridades en México tratan de obtener información que el Gobierno de Estados Unidos no dará. No van a compartir cómo hicieron el operativo de inteligencia para la entrega de Joaquín Guzmán López y El Mayo Zambada.

Ellos quieren información de los grupos criminales mexicanos, a quienes ven como una amenaza para su seguridad interna.

Ahí está el caso de Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo y Los Zetas, quien fuera un poderosísimo y temido narcotraficante mexicano.

A sus 57 años, ha sido liberado luego de una condena en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos donde permaneció 21 años. En otras condiciones, su condena hubiera sido mucho más amplia, pero aportó información importante a las autoridades estadounidenses.

Muy probablemente, ése será el futuro de los hijos de Guzmán Loera. Recordemos, la información es poder, y eso es lo que buscan en Estados Unidos.

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