El retorno del Rey

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

Mientras una gran nube gris que se aproxima al Harp Helú con la amenaza de suspender el juego, los Diablos Rojos se encuentran en la lona. Es el sexto juego de la serie por el campeonato del Sur de la Liga Mexicana de Beisbol. Los Guerreros de Oaxaca con la ventaja en la serie 3-2 acarician el título, están arriba 9 carreras a 1 en la cuarta entrada y la afición, que abarrotó el estadio, se encuentra en estado de shock. Es cuestión de tiempo y del brazo del pitcher, para borrar las ilusiones de los Diablos Rojos.

Pero los conocedores lo tienen claro, hasta que no caiga el último out nada está escrito. Y con un rally de nueve carreras en la parte baja de la cuarta entrada, los Diablos lograron igualar el encuentro lo que a la postre significó la victoria y sellar el séptimo y definitivo juego entre Diablos y Guerreros disputado el pasado domingo. En un duelo opuesto al sexto, de picheo magistral de Oaxaca y un relevo de Trevor Bauer que quedó inmortalizado con un inning inmaculado en la octava: 9 lanzamientos, 9 strikes y 3 outs, con lo que el México logró el ansiado título de la Zona Sur que desde hace 10 años se les negaba.

Un título que hoy tiene un sabor distinto gracias a la euforia que hoy vive la Ciudad de México por el beisbol y que quedó retratada durante la temporada; la afición respondió durante todo el año y en postemporada registraron llenos totales en un estadio moderno, cómodo y que ya se ha convertido en una experiencia culinaria para los nuevos visitantes. Redes sociales y programas deportivos también se vieron envueltos en lo que hoy parece el regreso triunfal del juego de pelota en la capital mexicana.

El beisbol, deporte de mucha tradición en varias regiones de nuestro país, perdió a lo largo del tiempo el protagonismo de los años del Parque del Seguro Social, en donde se vivían duelos épicos entre los Diablos Rojos del México y los Tigres Capitalinos. La desaparición de su antigua casa y un interés que no crecía por el beisbol en la capital mexicana, fueron parte de las circunstancias que hizo que los Tigres decidieran cambiar de sede y con ello buscar un nuevo comienzo. Tras 46 años de jugar en el Distrito Federal, en 2002, los felinos se mudan a Puebla, poniendo fin al clásico capitalino.

La Serie del Rey que definirá al mejor equipo de la Liga Mexicana de Beisbol está ya en marcha, con un duelo con gran rivalidad entre los Sultanes y los Diablos Rojos, Monterrey contra la Ciudad de México. La serie está programada para iniciar en CDMX para luego viajar y disputarse el tercer encuentro en Monterrey, en donde el ganador del Cy Young Trevor Bauer será el abridor por parte de los Pingos de la Ciudad de México. El Harp Helú vivirá al menos dos juegos más de auténtica locura con los boletos agotados en cuestión de minutos.

Hoy por hoy los Diablos Rojos del México son el fenómeno deportivo más importante en la Ciudad de México, nada que presumirles a los equipos de futbol. Es más, los directivos de Pumas, América y Cruz Azul deberían darse la vuelta en estos próximos juegos para tomar notas para mejorar la experiencia de sus aficionados en sus respectivos estadios, porque el beisbol está de regreso en la capital mexicana.

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