Gobernanza, activo financiero

CIVITAS

Salvador Guerrero Chiprés<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Salvador Guerrero Chiprés*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Aunque los mercados financieros suelen ser sensibles a las decisiones políticas, la solidez de las finanzas públicas, el bajo nivel de la deuda externa, la resiliencia del consumo privado y la fortaleza del mercado laboral, son factores de credibilidad y confianza para México.

Y algo muy relevante. Escondido y evidente. Los analistas se preocupan por la “gobernanza” —básicamente la capacidad de dirección del Estado y de articulación para los fines generales de la comunidad con el conjunto de los intereses de la sociedad civil—, no solamente garantizada sino fortalecida por la victoria del bloque político gobernante, en el nivel federal con la científica y política Claudia Sheinbaum, y en la capital económica del país, con la economista y política Clara Brugada.

En las últimas 48 horas se publicaron análisis de “especialistas financieros” encuestados por el Banco de México, para quienes esa gobernanza estaría en riesgo por reformas en curso decididas por los representantes populares electos el 2 de junio y las principales figuras del obradorismo, además de las dos citadas, por supuesto, la del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por si fuera poco, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, inició en Nueva York varias reuniones este martes para manifestar su compromiso de promover a México con un argumento central: con independencia de la distancia de la reforma judicial manifestada por él mismo, lo más importante, ha dicho con banqueros y financieros diversos, es la existencia de una economía “blindada”, resultado de la disciplina fiscal de Morena y del sólido respaldo popular del Gobierno.

Las previsiones planteadas por organismos internacionales colocan al país en una condición estable económicamente, con perspectivas de crecimiento y para el desarrollo de las políticas sociales que entre 2018 y 2022 sacaron de la pobreza a 5.1 millones de personas.

Frente a la baja en las consideraciones de calificadoras como Morgan Stanley —que ubicó a México con una recomendación underweight o “subponderada”, con una previsión de rendimiento de las acciones inferior al promedio de la región tras la reforma judicial—, los indicadores macroeconómicos revelan estabilidad.

El país mantiene su atractivo como centro de inversiones extranjeras y la confianza internacional en la política económica a profundizar por la próxima mandataria, no tiene comparación en el subcontinente.

Los datos reafirman la certidumbre de los inversores. El respaldo popular es un soporte enorme. Si la gobernanza está de un lado, es obvio de cuál está. E invertir requiere orden. Más del 40 por ciento de la inversión se concentró en la Ciudad de México, gobernada por Martí Batres, y en menos de un mes por Brugada. Hasta noviembre sabremos el impacto de las reformas. Es el mes de las calificadoras.

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Carlos Urdiales