Estamos a unas semanas de que concluya el sexenio que prometió que terminaría con la corrupción barriendo las escaleras de arriba para abajo; la administración en la que se limpiaría la casa pero, a unos días del cambio de gobierno, la llave de los recursos para contratos amañados y con pocos resultados no se cerró, por el contrario, parece que se abrió más.
Para muestra un botón: en la Comisión Nacional del Agua (Conagua) los pagos en exceso, pagos por actividades no ejecutadas y servicios de mala calidad, desfalcaron el presupuesto federal hasta en el último tramo de la administración del Presidente López Obrador.
El organismo administrativo desconcentrado firmó un contrato —cuya copia llegó hasta las manos de este Duende— por el “Servicio de Ciberseguridad”, y lejos de cumplir con el objetivo, el convenio le costó 6.7 millones de pesos al erario.
Me cuentan que una investigación interna detectó irregularidades e inconsistencias en la prestación del servicio de seguridad para los equipos y sistemas de la Conagua; sin embargo, no se protegió correctamente y quedó expuesto a ciberataques y hackeos.
La auditoría identificó que hubo “deficiencias en el servicio prestado por el proveedor que reducen la capacidad de respuesta de las herramientas utilizadas ante incidentes de seguridad, por lo que la solución entregada por el proveedor Scitum, S.A. de C.V., no detectó, no contuvo y no erradicó posibles amenazas; no obstante, se efectuaron pagos por el Servicio de Firewall de nueva generación y Sistema de Prevención de Intrusos y Servicio de Correlación de eventos (SIEM) y Monitoreo”.
Y la de malas, el 13 de abril de 2023, Conagua experimentó un ataque de ciberseguridad de tipo ransomware que vulneró sus activos, por lo que le requirió a Scitum, S.A. de C.V., la contención de éste. A la fecha de la revisión de la prestación del servicio, se carecía de elementos para asegurar que el prestador del servicio contuvo o erradicó el ataque.
Supuestamente, Conagua aseguró haber llevado a cabo acciones para deslindar responsabilidades, pero no se presentó documentación alguna que lo acreditara, eso sí, el contrato se liquidó totalmente. Es decir, hubo una simulación.
Pero la cosa no quedó ahí, en otro servicio de tecnología de la información hay una irregularidad por 21.8 millones de pesos.
Conagua suscribió un convenio con el Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec) por el “Servicio de Atención y Administración de Requerimientos Tecnológicos 2022” y se realizaron pagos por ¡88.3 millones de pesos!
Pero, pero, perooooo, no se pueden acreditar ni la entrega ni la recepción de alguno de estos servicios. ¡Oh lalá!
Las auditorías concluyeron que hubo deficiencias en la supervisión del contrato, pues los entregables no fueron proporcionados en su totalidad, ni en las fechas que correspondía.
Por si fuera poco, hallaron que el número de cuenta y banco al cual la Conagua realizó los pagos de los servicios de abril y mayo de 2022 por 24.2 millones, difiere de la cuenta establecida en las cláusulas del convenio de colaboración.
Así en sólo dos contratos y como si fuera fuga, Conagua dejó ir 28.5 millones de pesos. Y eso es nomás en una dependencia.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!