Los Yunes y la deriva del PAN

MARCAJE PERSONAL

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La traición de los Yunes es apenas el inicio, porque en realidad lo que ofrecieron son las llaves para las siguientes reformas a la Constitución, entre ellas, las que militarizan el combate a la inseguridad, adscribiendo la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, disuelven a los órganos autónomos, entre ellos el Inai y el IFT, cambian el sistema electoral, desmontando y reduciendo al INE, para pasar a la supresión de los diputados plurinominales, con la respectiva reducción del financiamiento público para los partidos.

Un cambio de régimen de consecuencias por ahora inciertas, pero que seguramente tendrán impacto en la vida de los ciudadanos y en la calidad de la democracia.

Es en este contexto, que cobra importancia el error que la dirigencia del PAN cometió al postular a políticos cubiertos por la sospecha y hasta con órdenes de captura en su contra, ya que eso los hacía vulnerables a las presiones y les daba alicientes para contravenir el mandato de los votantes.

Una de las claves de la pasada elección, la que motivó la alianza Fuerza y Corazón por México, arropada por organizaciones como Unidos y el Frente Cívico, era que no se fallara, que se honraran los compromisos.

Para Marko Cortés es un cierre dramático de su gestión al mando del panismo, lo que debiera llevar a reflexionar a su militancia sobre la urgencia de dar un viraje, de no seguir en manos de un mismo grupo, de una cofradía cuyas cuentas por saldar están a la vista.

Hay por donde, Adriana Dávila advirtió de los riesgos de postulaciones dudosas, de las consecuencias de determinaciones que tenían más que ver con el compadrazgo que con una visión de Estado y de partido a largo plazo.

Es inquietante que la fuerza opositora tuviera que encontrarse a expensas de semejante precariedad, pero eso es lo que había, aunque sea un despropósito que los equilibrios al poder hayan quedado desmantelados a cambio de la libertad personal de una familia, la de los Yunes.

En los hechos, es la cúspide de un modelo de hacer política, que se sostiene en la turbiedad y que carece de principios.

Se dirá que hay expedientes similares en otras bancadas, que los dos del PRD fueron los primeros en abandonar el barco, pero lo que quedó de la jornada legislativa del martes es que los únicos que se doblaron fueron los Yunes y el senador de MC, Daniel Barreda, aunque este último con el pretexto y la urgencia de que a su padre lo habían detenido la Guardia Nacional para llevarlo a los separos de los Juicios Orales en Campeche.

En contraparte, hay que destacar a la bancada del PRI, ellos también recibieron amenazas de toda índole y aguantaron. La senadora Carolina Viggiano hizo un posicionamiento valiente en defensa del Poder Judicial.

Era el momento de resistir, pero los Yunes tenían otros planes.

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