El 15 de abril pasado en el aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un hombre con una menor se presentó en el mostrador de una aerolínea para registrarse en un vuelo a Tijuana.
Los documentos de ambos no coincidían en el apellido, por lo que la aerolínea solicitó al adulto, la carta de autorización de los padres de la niña para volar. Se les presentó un documento que no especificaba fechas y la letra era poco legible.
El protocolo de seguridad se activó de inmediato. Personal de la aerolínea comenzó a interrogar a la niña, que se veía nerviosa y claramente intimidada por el hombre que la acompañaba. Alguien notó además, que la menor tenía quemaduras en las manos.
El hombre se identificó como tío de la niña, pero ella en el interrogatorio lo señaló como “un amigo de su familia”, que la había mandado sin boleto de regreso y su equipaje era únicamente una bolsa de plástico.
Todo era un sinsentido, nada cuadraba entre el adulto y la niña, y el personal de la aerolínea, limitado en sus atribuciones para estos casos, dio aviso inmediato al cuerpo de seguridad del aeropuerto.
15 minutos pasaron entre la emisión de la alerta y la llegada de las autoridades del aeropuerto al mostrador. Identificaron al hombre como sospechoso. Elementos de la Marina trasladaron al personal del mostrador (en calidad de testigo), al adulto y a la niña al Ministerio Público, donde por cierto, desconocían los protocolos para atender una situación así.
En la agencia se realizó una llamada telefónica con la supuesta madre de la niña, cuyas respuestas sobre la pequeña no coincidían con sus documentos, pero insistía en haber otorgado un permiso para viajar con el sujeto que no pudo presentar su CURP ni acta de nacimiento.
La conclusión del ministerio público aquel día fue que “no había delito que perseguir”. El personal de la aerolínea pudo retirarse de la agencia y el destino de la niña es hasta hoy desconocido por todos…
México es el tercer país a nivel mundial con más trata de personas con fines de explotación sexual y mendicidad de menores, sólo después de Tailandia y Camboya, de acuerdo con la organización internacional A21.
2 mil 438 personas de 0 a 17 años (1,819 mujeres y 619 hombres) han sido víctimas de trata de personas entre enero de 2015 y enero de 2024, de acuerdo a cifras oficiales.
El promedio mensual de niñas, niños y adolescentes víctimas de este delito aumentó de 15.3 entre enero de 2015 y noviembre de 2018, a 27.7 entre diciembre de 2018 y enero de 2024.
En los últimos 6 años, el número de personas de 0 a 17 años que han sido víctimas de trata se elevó a mil 717 casos (1,300 mujeres y 417 hombres) entre diciembre de 2018 a enero de este año.
México se ha convertido en país de paso para quienes buscan trasladar a víctimas, y aeropuertos como el de Cancún, Quintana Roo, Toluca, Estado de México y Ciudad de México, son tierra fértil por ser de tránsito y conexión de millones de turistas al año, hacia diferentes puntos del planeta.
El negocio de la trata es un monstruo de mil cabezas. Es quizá la más organizada de las delincuencias que logra brincar los filtros más sofisticados y más cuando sus garras caen encima de los más vulnerables: niñas y adolescentes.
Las autoridades mexicanas han probado no tener protocolos eficaces para desactivar el negocio de la trata de menores, que cuando ya surcan los aires, ven muy diluida su esperanza de rescate.
Hace un año conocí el esfuerzo que realiza la aerolínea Volaris, que hace 10 años se embarcó en una misión temeraria que llamó Ojos en el Cielo, cuyo objetivo es crear una red de protección para prevenir la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes, e impedir que sus servicios aéreos se conviertan en una herramienta más de grupos criminales.
Una valiente cruzada en contra de uno de los delitos más peligrosos e inescrupulosos de la delincuencia organizada; un esfuerzo titánico, con personal capacitado y especialmente sensibilizado para detectar víctimas desde el mostrador.
En lo que va de 2024, gracias al programa de dicha aerolínea se han rescatado a 10 niñas, niños y adolescentes, en casos detectados en Tijuana, Monterrey, Mexicali, La Paz, Hermosillo y Ciudad de México, con víctimas provenientes de México, Guatemala, Salvador y Honduras.
Y es que el próximo lunes se conmemora precisamente el Día Internacional en contra de la Explotación y Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, y la deuda de México en ese terreno, lastimosamente, es grande, muy grande…