Estamos mal, pero vamos bien

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Javier Milei asumió el poder en Argentina en diciembre siendo el primer político libertario en llegar a la presidencia. Si bien no ha aplicado todas las promesas explosivas de su campaña, sí ha implementado cambios radicales con resultados contrastantes.

Un ejemplo es el “déficit cero” en el que se busca una disciplina en el gasto público para que no excedan los egresos a los ingresos. Esta medida se justifica en la inflación que tiene Argentina, por encima de 240%, siendo la más alta del mundo. Al sanear las finanzas públicas, el presidente ha logrado que la inflación esté en control y que poco a poco se reduzca. Sin embargo, los recortes que tuvo que hacer para lograr eliminar el déficit público han costado sangre especialmente a los más desfavorecidos. Recortando subsidios a la energía y combustibles, dejando de apoyar a los comedores comunitarios, recortando el apoyo a la educación pública y a los jubilados… Milei ha cerrado la llave a programas públicos vitales para la subsistencia de millones de personas. El resultado es patente: un aumento de 11 puntos en la pobreza, llegando a 53% de la población, y un aumento de 6 puntos en la indigencia, llegando a un 18% de la población.

Más de la mitad de la población argentina está sintiendo la dureza del cambio. Además de lo ya mencionado, el presidente ha hecho una limpia brutal en los empleados públicos, anunciando que aún recortará más este tipo de plazas. Mientras tanto, el empleo privado no sólo no ha aumentado, sino que ha caído, por lo que la población está teniendo que paliar la hiperinflación sin aumentos en los salarios y con menos empleos. Ante esto, Milei ha sido claro: nadie dijo que sanear la economía fuera a ser ni sencillo ni rápido. Sin embargo, la pregunta es si es necesario sacrificar a millones de personas en este intento.

Argentina no iba por buen camino. Décadas de gobiernos fallidos que buscaron el poder por medio del apoyo popular basado en programas sociales llevaron al país al borde del colapso. Sin embargo, la radical postura de Milei amenaza con dejar abandonados a más de la mitad de los ciudadanos argentinos. Hasta 66% de los niños argentinos está en esa situación al vivir bajo la línea de la pobreza. La apuesta de Milei es muy arriesgada puesto que está jugando con el futuro de una generación al aumentar la vulnerabilidad de las familias más necesitadas.

¿Tendrá Milei la humildad de entender que el show que lo llevó a la presidencia no es la postura que debe mantener? La orientación de sus cambios puede hacer bien a Argentina a mediano y largo plazo, pero si no flexibiliza su posición, millones de argentinos pagarán el precio de la aplicación de teorías económicas elegantes, pero inhumanas.

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