Las últimas semanas han sido desastrosas para el sureste estadounidense con el impacto del huracán Helene, seguido casi enseguida por el huracán Milton. Con más de 200 muertos y millones de dólares en pérdidas, estos dos fenómenos climáticos dan muestra de la fragilidad que tenemos ante la fuerza de la naturaleza.
Milton, por ejemplo, fue histórico por el corto plazo en el que se creó y fortaleció, llegando a la más alta clasificación y haciendo a los científicos cuestionarse sobre si deberían crear una categoría 6 puesto que nunca antes se había visto un huracán de esta magnitud.
La frecuencia con la que se han presentado estos huracanes catastróficos y la gran rapidez en su fortalecimiento nos llevan a analizar las consecuencias del cambio climático. Para los científicos es claro, las atípicas altas temperaturas en el golfo de México son el caldo de cultivo para la aparición de estos fenómenos. Es de esperarse que cada vez sea más común tener este tipo de huracanes, por lo que las personas que viven en las zonas de impacto, como es el estado de Florida, deberían estar preparadas dado que están contemplando su nueva normalidad.
Sin embargo, el calentamiento global sigue siendo, increíblemente, un tema controvertido especialmente en Estados Unidos. Se ha convertido en una de las banderas que confrontan a los partidos políticos. Al politizarse, dejan de importar las muertes y los destrozos; no interesa aceptar una realidad y prepararse para ella; lo que importa es sacar raja política para el propio beneficio.
Así sucedió con la llegada de Helene. Aún se estaban contabilizando los daños cuando se anunció la aparición de Milton. Al mismo tiempo empezó la manipulación de la información y la creación de noticias falsas. Como siempre, los republicanos criticaron la gestión de la ayuda por parte de presidencia, ésta acusó a los republicanos de mentir y aprovechar el dolor de la gente para conseguir votos. Circularon fotos falsas de la devastación de Milton cuando aún ni tocaba tierra. Y el colmo de los colmos, se acusó al Partido Demócrata de “crear” y “controlar” estas tormentas que azotaron Florida con fines electorales.
Personajes infames como Marjorie Taylor Greene, congresista republicana y mujer afín a las teorías de la conspiración más irrisibles, son ejemplo de cómo la mentira reina en la arena política. Sin ningún escrúpulo, se engaña y se manipula buscando votos sin pensar en los efectos que esto tiene en la cohesión de un país que necesita estar unido ahora que millones de personas son vulnerables a una fuerza que no conoce bando político. El cambio climático es real y es cruel e irresponsable ignorar esto por una ganancia política personal. De la gente sólo les importa su voto.