Avances en el mercado laboral en riesgo

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Mucho se subraya el hecho de que uno de los mayores éxitos de la Cuarta Transformación está en la mejora sustancial de las condiciones del mercado laboral. Es innegable reconocer los logros en materia de aumento real a los salarios, la menor tasa informalidad laboral y el crecimiento del empleo por efecto de la ley del outsourcing y del mayor crecimiento económico en los tres años previos.

No obstante, durante este año el crecimiento del empleo ha mostrado una debilidad acentuada en paralelo con la desaceleración económica. Conviene revisar a partir de las dos fuentes principales de información sobre el empleo cómo viene la dinámica.

Respecto a la información del número de trabajadores afiliados al IMSS, los datos manifiestan una pérdida de dinamismo muy importante. Durante septiembre de este año se crearon respecto al mismo mes del año anterior sólo 351 mil empleos, cuando en los tres años anteriores la generación anual fue en promedio de 800 mil. El menor dinamismo es generalizado en todos los grandes sectores con mayor énfasis en la manufactura.

Si bien esta debilidad puede atribuirse a la desaceleración económica —a la que ya hemos hecho referencia en este espacio— también hay un elemento preocupante respecto a un menor poder de generación de puestos de trabajo vinculado al crecimiento económico. Según cálculos propios, indican que hasta antes de la pandemia por cada punto de crecimiento del PIB el empleo formal crecía 2.3 puntos porcentuales; dicha relación se deteriora a partir de 2022, pues ahora con cada punto de crecimiento del PIB el empleo sólo crece 1.2 puntos porcentuales.

Si bien es motivo de un análisis con mayor profundidad esta relación, no hay duda de que ahora, a la economía le cuesta más trabajo generar empleos formales y, por tanto, hay una exigencia mayor sobre el crecimiento económico en aras de generar mayor bienestar a través del empleo.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) no sólo incorpora a los trabajadores formales, sino a toda la Población Económicamente Activa. También pone de manifiesto la fuerte desaceleración del empleo. En agosto de este año la creación de empleos fue sólo de medio millón de plazas respecto al mismo mes del año anterior, mientras que, por ejemplo, en el mismo mes de 2022 y 2023 la creación anual de empleos promedió 1.75 millones.

Por fortuna, los indicadores sobre la calidad del empleo que reporta la ENOE en agosto tienen un saldo positivo ya que continuó disminuyendo la tasa de informalidad, en paralelo que la totalidad de los nuevos empleos se ubicaron en la formalidad. Asimismo, la subocupación se mantuvo estable, mientras que los empleos en condiciones críticas continúan con su tendencia a la baja.

Las mejores condiciones del empleo pueden estar en riesgo frente al actual proceso de desaceleración productiva que claramente ya genera empleos con menor magnitud y fuerza. Mantenerlas requiere que el empleo siga creciendo a un ritmo mayor que el crecimiento de la Población Económicamente Activa. Si ello no sucede, además de un incremento del desempleo, se verán deteriorados los logros hasta ahora conseguidos en las condiciones laborales.

Temas: