Incertidumbre a una semana de la elección

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Leonardo Núñez González*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

A una semana de que se realicen las elecciones más caras y unas de las más controversiales en la historia de Estados Unidos es imposible aventurar un pronóstico de resultados, lo cual da cuenta de la locura de escenario en que es igual de probable el retorno de Trump a la Casa Blanca que la llegada de Harris como la primera presidenta de su país.

De acuerdo con el agregador de encuestas de FiveThirthyEight, Kamala Harris tiene 48% de las preferencias de los estadounidenses frente a 46.7% de Trump; sin embargo, en Estados Unidos es posible perder en el voto popular y aun así ganar los votos de los estados clave para terminar llevándose la presidencia, como le sucedió a Trump en 2016. En la estimación de probabilidades de victoria del mismo sitio especializado, actualmente Donald Trump gana en 54% de los escenarios probables, mientras que Kamala Harris sólo gana en 45%. La moneda realmente está en el aire y la última semana puede ser clave para definir qué pasará el día de la elección el próximo martes 5 de noviembre.

Todo dependerá de los resultados de un puñado de entidades en que todavía es incierto quién ganará, pues ciertos grupos de votantes o regiones completas podrían determinar al ganador en Pensilvania, Carolina del Norte, Michigan, Georgia, Arizona, Nevada o Wisconsin, que son los conocidos como swing states, o estados bisagra, y es donde hay mayor incertidumbre por el resultado, a diferencia de las certezas en lugares como Nueva York, California o Texas.

Hace un par de meses el ímpetu que había logrado despertar la candidatura de Kamala Harris después de sustituir al presidente Biden la había colocado al frente de varias encuestas en estos estados clave. A pesar de ello, en las últimas semanas Donald Trump ha mostrado un crecimiento sostenido que, para los entusiastas demócratas que habían visto renacer su esperanza, hoy es un balde de agua fría que vuelve a abrir las preocupaciones de una posible victoria de Trump, pues en el juego de percepciones que también son las elecciones, hoy parece que Trump viene de vuelta en ascenso.

También por eso en estos últimos días veremos una inundación de dinero electoral en todos los medios y formas posibles, pues hay que recordar que en el sistema electoral estadounidense el dinero puede fluir a raudales sin ningún impedimento desde que la Corte Suprema decidió el caso de Citizens United en 2010. La campaña de Harris se ha allegado de 2.2 mil millones de dólares, mientras que la de Trump ha logrado recaudar 1.7 mil millones. En conjunto, ambas candidaturas gastarán al menos el equivalente a 75 mil millones de pesos mexicanos, unas 5 veces el costo de toda nuestra Secretaría de Relaciones Exteriores.

Lo que veremos en los siguientes días es el mayor despliegue de publicidad, estruendosidad, movilización política y estrategia de campaña desplegada por ambas maquinarias electorales para intentar obtener todos los votos posibles en una elección que puede decidirse por unos cuantos cientos o miles de personas. La oleada trumpista toca una vez más a las puertas del poder y los demócratas saben el riesgo de ello; veremos una elección muy cerrada en la que todo es posible.

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