DESDE EUROPA

Burocracia española genera indignación ante emergencia de inundaciones

Héctor Badillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Héctor Badillo *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Cinco días después de la tragedia que azotó el este de España tras el paso de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), el rey Felipe VI, la reina Letizia, el presidente español Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón fueron recibidos con insultos, lanzamiento de barro y objetos en repudio de la mala gestión ante la emergencia. Al grito de “asesinos” y lanzando todo tipo de objetos en contra de la comitiva, los representantes del gobierno y de la monarquía intentaban abrirse paso para hablar con los vecinos de Paiporta, uno de los pueblos más afectados por las inundaciones que han dejado más de 200 muertes y un número aún desconocido de desaparecidos.

Ninguno de los dos gobiernos, el autonómico y el central, han actuado diligentemente ante semejante tragedia. La gente de la región afectada se siente abandonada por el Estado, no hay luz ni agua potable, las calles siguen bloqueadas por un número indefinido de vehículos y todo tipo de desperdicios arrastrados por las corrientes, muchos perdieron sus viviendas y el barro impregna pueblos enteros; apenas ayer, 5 días después de la tragedia, el gobierno anunció que se van a movilizar 7,500 militares y 9,475 efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado a las zonas afectadas por la DANA.

La visita oficial de las autoridades se sintió innecesaria en un momento de tanta indignación de la ciudadanía, principalmente por la tardanza en la respuesta del gobierno para ayudar a los damnificados a causa de las inundaciones.

No cabe duda que la dimensión del desastre resulta un reto imprevisto para los españoles y las autoridades. Así lo confirmó el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, quien en entrevista con un noticiario de La Sexta aseguró que “la magnitud de lo que tenemos que afrontar es una magnitud desconocida y es una magnitud que no tiene precedentes en la historia de nuestro país”, ante la situación de los días posteriores a la emergencia en España.

La población no entiende porque tras cinco días de la catástrofe no llegaba la ayuda por parte del Estado y sólo se alcanza a decir que es la burocracia la que no permite actuar inmediatamente por las distintas administraciones.

El gobierno de Valencia es el que debió solicitar la ayuda al gobierno central, el cual tenía que enviar recursos suficientes, humanos y materiales, para enfrentar la situación, pero eso no sucedió de inmediato y la tragedia de destrucción, muertes y desapariciones aumentó, mientras que hubo una respuesta tardía del ejercito a las zonas más afectadas ante lo que exigían miles de afectados. Por otra parte están los políticos de la oposición que se aprovechan y utilizan la tragedia para atacar al gobierno “socialista”, sobre todo los grupos y partidos de ultraderecha que buscan ganar aceptación entre la población con la propagación de desinformación, generando mayor confusión para ganar adeptos a sus causas políticas.

Medios de comunicación españoles informaron que muchos de los agresores que lanzaron palos y piedras a la comitiva en Paiporta y que obligaron a cancelar los actos públicos de los representantes de las instituciones españolas son integrantes de movimientos de ultraderecha que fueron a calentar aun más las manifestaciones, aprovechando el enojo y la indignación de la población. Mientras tanto, la situación en Valencia y otros pueblos afectados no mejora, a pesar de los miles de voluntarios que han utilizado sus propios medios para llegar hasta las zonas más dañadas y ayudar a los damnificados. El agua estancada y la falta de agua potable propicia la propagación de infecciones y enfermedades.

Esta emergencia provocada por un fenómeno natural exacerbado por el cambio climático es sin duda un momento de profunda reflexión en España, para revisar sus políticas actuales, prepararse mejor ante las emergencias climáticas y, sobre todo, para una respuesta inmediata y coordinada en una tragedia de estas magnitudes.

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