BAJO SOSPECHA

Rumbo a la Casa Blanca

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

El día de hoy se definirá quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Esta elección presidencial en Estados Unidos, donde votarán más de 65 millones de personas, está muy cerrada.

Muy probablemente no se tendrán los resultados el día de hoy, a menos que las encuestas se equivoquen y haya una ventaja mayor hacia alguno de los candidatos.

Recordemos que el sistema electoral de EU se rige por quien gane mayor número de colegios electorales y no quien más votos directos tenga.

Un sistema electoral que fue creado en 1787, si bien mucha gente está en contra de este sistema que en su momento se hizo para que todo el país estuviera representado, ahora una de sus ventajas es que en un conflicto postelectoral solamente se tiene que revisar cierto estado donde se tienen dudas, y esto hace que sea mucho más fácil que contar todos los votos de un país tan grande como lo es EU.

Son 538 Colegios Electorales, y el próximo presidente o presidenta deberá tener la mitad más, por lo menos, uno. Según el tamaño del estado es el número de votos que tiene en el Colegio Electoral, por ejemplo, California, tiene 54 votos, Texas también es un estado que tiene muchos votos dentro del Colegio Electoral, con 40.

Hoy, parece que la elección está definida en varios estados, pero donde se ve difícil tener resultados confirmados el día de hoy, es en los estados que llaman “columpio”. Los que no están definidos como republicanos o demócratas y que podrían atrasar el conteo hasta varios días posteriores a la elección: Nevada, Arizona, Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte.

Para Kamala Harris, si logra recuperar, por ejemplo, un estado clave como lo es Pensilvania, que es el que más votos en el Colegio Electoral tiene dentro del columpio, con 19, podría ganar.

Trump, por su parte, necesitaría un estado como Carolina del Norte o Georgia, que cuentan con 116 votos cada uno.

La tendencia de voto ha ido cambiando en los últimos años. Hasta hace poco el discurso demócrata, por ejemplo, que funcionaba muy bien con los latinos, hoy no, esas personas se han decantado por los republicanos.

Platicando con algunos paisanos legales y establecidos en EU, cuando les dicen que ojalá lleguen más migrantes como ellos y que tengan oportunidades, te contestan que ya llegaron ellos y que no quieren más competencia laboral.

Y en estos momentos, el voto latino se ha convertido en una pieza clave en estos siete estados de la Unión Americana, que podrían definir la elección. En Arizona, 25% de las personas habilitadas para votar son latinos; en Nevada, 22%; Pensilvania, 6%; Carolina del Norte, 6%; Georgia, 6%; Wisconsin, 5%, y Michigan, 4 por ciento.

Se espera que para esta elección voten 17.5 millones de latinos, lo que significa un incremento de 6.5% respecto de la participación registrada en 2020 y 38.3% más que en 2016.

Los votantes de EU elegirán hoy a su presidente entre Kamala Harris y Donald Trump.

Lo único seguro es que quien gane la presidencia de EU tendrá una política muy dura contra México y, sin duda, presionará al Gobierno de nuestro país para que se respeten los acuerdos comerciales y que se garantice la seguridad.

Muchos piensan que Donald Trump será más fuerte con la seguridad en la frontera, pero Kamala Harris, en tono mucho más suave, tiene un discurso muy fuerte y contundente, además, tiene experiencia. Como fiscal de California dio golpes a estructuras criminales mexicanas que operaban en EU.

Ella asegura que no cederá en la lucha contra estas bandas criminales. En sus discursos asegura que cuando era fiscal de California, de 2011 a 2017, combatió a estos grupos y que lo mismo hará de llegar a la presidencia.

Desde 2011, Harris ha dado duros golpes a los grupos criminales que operaban a través de la frontera entre México y California.

En 2013 trabajó en las acusaciones en California contra Ismael El Mayo Zambada y dos de sus hijos: Ismael Zambada Imperial, El Mayito Gordo, e Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco, a quienes acusaron de fabricar y traficar drogas hacia ese estado de la Unión Americana.

Para 2014, Kamala Harris ya tenía identificadas las operaciones que realizaba el Cártel de Sinaloa en California, donde indicaba, se había mimetizado entre la sociedad y había formado alianzas con pandillas locales para poder expandir su negocio de las drogas. Así lo dio a conocer en un documento denominado “Pandillas más allá de las fronteras: California y la lucha contra Delincuencia Organizada Transnacional”.

La llegada de Ismael El Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López no es un acto espontáneo, ni se trabajó en poco tiempo, es producto de investigación y de inteligencia de años, que hicieron las autoridades estadounidenses a través del FBI.

Desmantelar las estructuras del Cártel de Sinaloa, al que el Gobierno de EU señala de ser el principal introductor de droga, principalmente fentanilo, que mata a miles de estadounidenses, ha sido una prioridad para Harris.

En los comerciales publicitarios que ha lanzado la candidata demócrata, ha sido durísima contra la migración ilegal a su país y contra los grupos criminales mexicanos que atentan contra la seguridad estadounidense.

Harris, como fiscal de California, trabajó en la detención de Miguel Ángel Treviño Morales, líder de Los Zetas, en 2013, y quien era el principal rival de los de Sinaloa.

Por su parte, Donald Trump ha dicho que mantendrá una lucha frontal con los cárteles, asegurando que podría invadir entidades mexicanas, de ser necesario, para neutralizar a los líderes de las drogas.

Recordemos que con las leyes extraterritoriales que tiene EU, pueden operar sin permiso en el país, cuando hay una amenaza a su territorio, y están por declarar a los cárteles de la droga en México, precisamente, como terroristas.

Una de las promesas de campaña de Trump y que está escrita en su página de Internet es declarar la guerra a los cárteles mexicanos, que de regresar a ser presidente planea enviar fuerzas especiales a México para acabar con los narcotraficantes, incluso, si el Gobierno de nuestro país no está de acuerdo.

En su portal, el exmandatario estadounidense detalla las medidas que tomará para lograr este objetivo, entre ellas: “Ordenar al Pentágono a usar de manera apropiada las fuerzas especiales y otras acciones abiertas y encubiertas para infligir el máximo daño al liderazgo, la infraestructura y las operaciones de los cárteles”.

Desde 2019, cuando Trump fue presidente por primera vez, ya tenía en la mira a los cárteles de la droga, y ya buscaba clasificarlos como grupos terroristas, con la finalidad de poder perseguirlos de forma más amplia.

Todavía no se tiene certeza de quién llegue a la Casa Blanca. Lo que sí es un hecho es que las autoridades estadounidenses, gane quien gane, tienen todo en sus manos para presionar al Gobierno mexicano para que éste tenga una estrategia de seguridad mucho más dura y que garantice los acuerdos comerciales.