El madridismo vive semanas muy complicadas. Tal vez las más duras desde los tiempos de Messi y compañía. Ahora fue en la propia Champions League, el torneo favorito del Real Madrid en donde la crisis se alarga.
En casa, ante un Milán que no hace mucho comenzó una reestructura deportiva para retornar la gloria del equipo italiano que más títulos tiene en Europa. La afición pierde poco a poco la paciencia y los pañuelos blancos amenazan Madrid.
Ya existían desde hace tiempo dudas y temores alrededor del rendimiento del Madrid. Si bien, los resultados eran positivos, el equipo sufría más de la cuenta durante los 90 minutos. Y esto porque la constelación de estrellas no termina por acoplarse en el terreno de juego. El retiro de Toni Kroos ha pesado mucho más de lo que se esperaba, el mediocampo del Madrid necesita urgentemente un guía en el ataque y en la recuperación.
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El otro problema grave es la poca adaptación de Kylian Mbappé como delantero centro y que ha tenido que jugar en esa posición por el gran momento de Vinícius Jr., quien es amo y señor de la banda izquierda. El estratega italiano tiene pendiente resolver ese crucigrama, porque la desesperación comienza a verse reflejada en el astro francés que llegó como uno de los refuerzos más imponentes y tras una larga novela de varios años.
La debacle comenzó en el derbi cuando el Barcelona los arrolló en el Bernabéu; luego vino la crisis del Balón de Oro que para bien o para mal pudo impactar en lo anímico. La última bandera roja llegó anoche, con un Milán que parecía el de los años de Arrigo Sacchi y le dio un baile al conjunto blanco. Ya hay ruido en la capital y la continuidad de Carlo Ancelotti ya comienza a cuestionarse. El entrenador que llevó al equipo a dominar Europa y LaLiga recientemente pierde poco a poco crédito, los nombres de Xabi Alonso y Raúl González, consentidos de Madrid, suenan en el murmullo de las gradas.
Al entrenador italiano se le ha reclamado la poca reacción táctica cuando las cosas no salen bien. Sucedió ante el Barcelona cuando los blaugranas dominaban y los cambios tardaron en llegar. Ayer ante el Milán, al medio tiempo se hicieron dos modificaciones que terminaron por afectar más al equipo. Con más contundencia y los rossoneros hubieran regresado a Italia con un 5-1 a favor.
Como un apunte extra, y sólo porque la envidia me corroe, qué bueno es para Estados Unidos mirar a dos de sus figuras brillando en el Santiago Bernabéu en una noche de Champions League. Su capitán, Pulisic, y el mediocampista Musalah, ambos internacionales de las Barras y las Estrellas, tuvieron gran actuación con el Milán. ¿Cuánto tiempo tardará para mirar algo similar con jugadores mexicanos nuevamente brillar en el torneo más importante a nivel de clubes?
