PESOS Y CONTRAPESOS

Del Gobierno (8/10)

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

En materia de impuestos existen cuatro combinaciones: (i) quitarles a todos lo mismo (no hay redistribución), para darles más a unos que a otros (sí hay redistribución); (ii) quitarles más a unos que a otros (sí hay redistribución), para darles a todos lo mismo (no hay redistribución); (iii) quitarles más a unos que a otros (sí hay redistribución), para darles más a unos que a otros (sí hay redistribución); (iv) quitarles a todos lo mismo (no hay redistribución), para darles a todos lo mismo (no hay redistribución).

Si el quehacer del gobierno debe ser neutral (impartir justicia para todos), no discriminatorio (otorgar privilegios a algunos), ¿cuál combinación de quitar/dar es la correcta? La cuarta. ¿Cuál es la habitual? La tercera, que discrimina tanto por el quitar (se les quita más a unos que a otros), como por el dar (se les da más a unos que a otros).

En materia de impuestos lo éticamente justo y económicamente eficaz es De todos lo mismo y a todos lo mismo, para financiar únicamente las legítimas tareas del gobierno: prohibir e impedir la violación de derechos y, de fallar, castigar al violador y obligarlo a resarcir, lo cual se logra con el impuesto único (ni uno más), homogéneo (la misma tasa en todos los casos), universal (sin excepción ni de objeto ni de sujeto gravable), no expoliatorio (para financiar únicamente la legítima tarea del gobierno: impartición de justicia), a la compra de bienes y servicios para el consumo final (no al ingreso, no a las utilidades, no al patrimonio, no a la compra de factores de la producción).

Si las personas tienen derecho al producto íntegro de su trabajo, y el cobro de impuestos, por el cual el gobierno las obliga a entregarle una parte del producto de su trabajo, de su ingreso (todo impuesto se paga con el ingreso del alguien), viola ese derecho, debe encontrarse la justificación correcta para tal obligación. ¿Cuál es? Que el gobierno le cobre el mismo impuesto a todos (para que no haya redistribución en el quitar), que debe ser único, homogéneo, universal, no expoliatorio, a la compra de bienes y servicios para el consumo final, para darle a todos lo mismo (para que no haya redistribución en el dar), que debe ser la impartición de justicia.

El único uso ofensivo e ilegítimo de la fuerza de parte del gobierno (lo que llamo su pecado original), debe ser el cobro de impuestos, siempre y cuando se les quite a todos lo mismo (el mismo porcentaje), para darles a todos lo mismo (impartición de justicia). El gobierno, si quisiera, podría lograr lo primero, pero, aunque quisiera, no podría lograr lo segundo, porque ningún gobierno es capaz de impedir todos los delitos, ni de castigar y obligar a resarcir a todos los delincuentes: siempre habrá delitos (violación de derechos), e impunidad (delitos sin castigo y sin reparación), por lo que siempre habrá contribuyentes a los que el gobierno les falle y a quienes, pese a haberles fallado, les seguirá cobrando impuestos. Esos contribuyentes, a quienes el gobierno les falló, siguen teniendo la obligación legal de pagar impuestos, de entregarle al gobierno una parte de sus ingresos, del producto de su trabajo, ¿pero siguen teniendo la obligación ética? No.

En mayor o menor medida todo gobierno es un gobierno fallido, incapaz de impartir justicia a todos todo el tiempo.

Continuará.

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