Finalmente, llegó la fecha límite para nombrar al nuevo titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Se suponía que estarían los mejores perfiles en la terna. Se evaluaron a los 47 aspirantes que buscaban estar al frente del organismo autónomo. Quien quedó en último lugar de los aspirantes fue Rosario Piedra Ibarra, aun así, pasó a la terna final, cuando el nada respetable Javier Corral aseguró que Piedra Ibarra iba, junto con otros dos perfiles con muchos méritos, a la final para buscar la titularidad de la CNDH y que ella estaría ahí por una cuestión política.
Rosario Piedra fue cuestionada por diputados, senadores y expertos en derechos humanos por su pésimo desempeño en su paso por la CNDH. Piedra incluso mandó documentos apócrifos para respaldar su candidatura. Después de mostrar sus cartas de recomendación, una de ellas, supuestamente del obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, éste mismo la desmintió:
Lupa a lo que pide Taddei
“Quiero denunciar que ese papel membretado donde se utiliza mi nombre, además de ser un diseño malo y oscuro, no existe en mi oficina particular, que las palabras que ahí se expresan, además de estar mal escritas, ni son mías, ni obedecen a mi pensamiento, ni reflejan mi ideología. Nunca lo redacté”, señaló el obispo.
Las tres finalistas en esta terna para que el Senado vote el cargo son:
Nashieli Ramírez Hernández, quien es una promotora y defensora de derechos humanos con más de 40 años de trabajo en México. Una mujer muy respetada y además cercana a la Presidenta Claudia Sheinbaum.
Actualmente, fungía como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Está desde el 2017 y ha sido reelecta en un segundo periodo hasta el 2025.
Actualmente, es presidenta del Instituto Internacional del Ombudsman.
Paulina Hernández Diz, licenciada en Derecho por la Universidad del Valle de México y maestra en Derecho Constitucional por la Universidad de Guadalajara, cuenta con diferentes diplomados y cursos especializados relacionados con Derechos Humanos, políticas públicas y perspectiva de género.
Forma parte de la Unidad para la Igualdad de la UdeG, donde coordina la Red de Atención a Víctimas de Violencia y la implementación del Protocolo de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia de Género.
Y la tercera participante, a quien tuvieron que colar a la mala en la terna, es la misma Piedra Ibarra, que se ha demostrado que es la peor elección porque ya ha tenido un pésimo desempeño al frente de la Comisión y no ha cuidado los derechos humanos de los ciudadanos, que se supone para eso está.
Llegó a estar al frente de la CNDH porque su nombramiento en 2019 fue ejecutado de forma ilegal y burlándose del pueblo de México. En el Senado ni siquiera se contaba con el número real de legisladores para votarla, y en medio de empujones y arrebatos en el pleno, se metieron votos de más en la urna. Sí, resultó que hubo más votos que senadores presentes en esa votación.
Busca mantenerse al frente de la comisión
Al final, con todo y esa trampa, solamente tuvo 76 votos de los 116 senadores, por lo que no alcanzó la mayoría calificada para ser elegida presidenta de la CNDH. Pero, aun así, ha estado al frente nada más ni nada menos que de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Piedra Ibarra aseguró ante las comisiones del Senado que su gestión representó 50 por ciento de todas las recomendaciones emitidas por la CNDH desde 2000, en que fue declarada autónoma.
Lo cierto es que su enfoque fue hacia el pasado, hacia las desapariciones de los años setenta debido a que su hermano, Jesús Piedra Ibarra, fue reportado desaparecido en esa época, en una situación muy compleja, pero ella olvidó y no apoyó a los familiares de los desaparecidos que en el sexenio pasado se reportaron de manera oficial más de 50 mil personas, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Al momento de escribir estas líneas hay una crisis en el Senado por la votación para elegir a la titular de la CNDH.
Se había prometido que sería un proceso equitativo y garantizando los derechos de los senadores para elegir libremente a quien ellos pensaran fuera el mejor perfil, pero todo parece ser que no va a ser así.
Para que ningún senador se sintiera presionado, la votación se supone sería en sobre cerrado. Cuando se puso la urna para que votaran en secreto, cuentan que Adán Augusto se enojó y llamó a los senadores de Morena para intuirlos a votar a favor de Rosario Piedra.
Aseguran que fue una orden dada desde Palenque.
Recordemos que la candidata de la Presidenta Sheinbaum es Nashieli Ramírez Hernández, una mujer cuyo trabajo en temas de derechos humanos ha sido ejemplar y constante durante las últimas cuatro décadas.
Los mexicanos necesitamos una Comisión Nacional de los Derechos Humanos que trabaje por los que necesitan apoyo. Aquellos ciudadanos sean o no afines al partido en el poder. Una CNDH que sea apartidista.
Lo vimos durante años, cuando la CNDH fue una institución ejemplar, en la que se trabajó de forma apartidista y por todos los mexicanos. Cualquier ciudadano podía solicitar una petición en esa oficina y era atendido.
Así funcionaba, por ejemplo, en las épocas de Luis Raúl González Pérez, en una CNDH donde muchos de los que hoy están en el poder recibieron apoyo y se emitieron recomendaciones a su favor cuando era justo, así funcionaba la CNDH antes de que llegara Piedra Ibarra, quien ni siquiera atendió las solicitudes ante el desabasto de medicamentos, en particular, los de cáncer para niños.
Sin duda hay muchos aspirantes que cuentan con una trayectoria muy importante en el tema de derechos humanos, en cambio, otros buscan presidir o ser reelectos en la CNDH con el fin de politizarla.