QUEBRADERO

Los viajes no solo ilustran

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Imagen: La Razón de México

La política exterior no se puede hacer a control remoto. Es importante el intercambio directo y el que las y los presidentes acudan a eventos en donde resulta de la mayor relevancia participar como mecanismo de integración e interrelación de sus países con el mundo.

Por las razones que se quiera, López Obrador se acabó aislando. A lo largo de su mandato se presentaron diversas reuniones regionales de la mayor importancia a las cuales no sólo no asistió, sino que las terminó desdeñando y hasta menospreciando.

El liderazgo de México en América Latina se diluyó. No era un asunto que tuviera que ver necesariamente con gobiernos anteriores. La política exterior mexicana se desarrolló a través de principios y de su participación en todos los órdenes, lo cual le dio un prestigio y, sobre todo, lo colocó como una nación reconocida, además de convertirlo como un interlocutor válido.

Aquello de que la mejor política exterior es la política interior no implica encerrarse y perder contacto con un mundo que, a querer o no, conserva un sentido global, por más que existan cada vez más intentos en muchos países de aislarse; somos de la idea que nunca quedó claro qué quería decir con eso el expresidente.

La política exterior de México no tuvo sus mejores momentos con López Obrador, más bien tuvo malos momentos. Dejó de tener al servicio exterior como eje para instrumentarla y se dedicó a “premiar”, o algo parecido, a personajes sin experiencia alguna con embajadas.

En algunos casos quedó la impresión de que se otorgaban embajadas como si fuera un obsequio por la forma en que gobernadores y gobernadoras llevaron a cabo sus administraciones, las cuales basaron en una singular cercanía con el expresidente, además de tener una estrategia de “desatención” a los candidatos de su partido en los procesos electorales.

Nunca quedó claro por qué el expresidente no atendió su relación con el mundo. Lo que sí hacía era emitir declaraciones sobre procesos electorales en otros países, pero cuando se hablaba de México de inmediato rechazaba cualquier tipo de opinión. Era una contradicción, por un lado se exigía que no se metieran en los asuntos internos del país, lo que incluía también a los organismos internacionales, pero, por otro, se hablaba de las elecciones en América Latina llegando a decirle a los ciudadanos de otros países por quién votar.

Claudia Sheinbaum está visto que tiene otra mirada de las cosas. Su viaje a Brasil a la reunión del G20 le ha permitido en muy poco tiempo reunirse con mandatarios de países que juegan un papel fundamental en la geopolítica. Nos ha puesto de nuevo en el mapa, y además ha llamado la atención el hecho de que una mujer encabece los destinos de nuestro país.

Vieron a México otra vez en el mapa. Podrá haber diferencias de cómo se gobierna en México para algunos gobiernos, pero es un hecho que sentados y en el cara a cara pueden pasar muchas cosas y más en momentos en donde la tensión mundial ha crecido de manera riesgosa. No deja de llamar la atención que Finlandia y Suecia estén pidiéndoles a sus ciudadanos que estén atentos ante la eventualidad de ataques nucleares.

México no puede ser un simple espectador en función de lo que está pasando en el mundo y de lo que puede venir. Necesitamos alianzas, porque no sabemos cuál es el destino que tendremos con Donald Trump. Vamos a necesitar aliados en el mundo, además de que estamos en la obligación histórica de estar cada vez más cerca de América Latina y particularmente de Centroamérica.

La Presidenta dio un paso relevante. Queda claro que entiende el mundo, que sabe la importancia de la diplomacia, y quisiéramos creer que también sabe que una tarea prioritaria en política exterior es recobrar espacios y ensancharlos.

RESQUICIOS

Para considerar lo que viene. Los gobiernos de Finlandia y Suecia han alertado a sus ciudadanos sobre ataques nucleares. EU le ha permitido a Ucrania utilizar sus armas para atacar a Rusia.