No tuvo que esperar a estar investido como presidente; a Donald Trump le bastó ser quien es —un negociador rudo— para anunciar que aplicará aranceles de 25% a “los países” que sean puerta de inmigración y de contrabando de fentanilo y así exponer su agenda comercial ante Claudia Sheinbaum.
Y así como el panel en torno a la prohibición de comercializar maíz amarillo transgénico fue siempre una batalla perdida —derrota que se oficializará esta semana—, está pintada la derrota que México tendrá una vez que se ponga en marcha el panel de energía que invocó la representación comercial estadounidense (USTR), a cargo de Katherine Tai, así como la canadiense de Mary Ng.
En estos encontronazos, el Gobierno mexicano lleva las de perder, pues las medidas proteccionistas impuestas por Andrés Manuel López Obrador en maíz amarillo transgénico y energía no estuvieron sustentadas en ciencias naturales o ciencias económicas, sino en cánticos cuasi religiosos en torno a la “soberanía y autodeterminación”… lo cual contradice de cabo a rabo el espíritu mismo de un acuerdo comercial en que todas las partes ceden algo de su soberanía en aras de un beneficio común.
En el caso mexicano, la visión Marcelo Ebrard para enfrentar controversias comerciales es mucho más pragmático que el que tuvo Raquel Buenrostro como titular de la Secretaría de Economía. Sin embargo, al aprobar la mayoría oficialista en el Congreso la reforma constitucional energética obradorista, y entregar la prioridad de Pemex y CFE para producir y despachar energía por arriba de los derechos de las empresas privadas internacionales, choca con los capítulos de trato nacional a la inversión proveniente de EU y Canadá, pues se trata de una forma de dumping.
La parte mexicana no ha mostrado argumentos técnicos de ningún tipo, sólo de “por mis pistolas aquí yo mando”. Pero Trump ya sacó la suya.
La controversia de energía se mantiene en el estatus de consulta pues así lo quiso la estrábica administración de Joe Biden…, pero ya se va quizá sin darse cuenta de que ya se fue.
Y llega Trump con un secretario de Comercio, Howard Lutnick, que no se andará por las ramas para “apretar tuercas” en toda la agenda del T-MEC y apurar la revisión a partir del segundo trimestre de 2025 para convocar los paneles que consideren conveniente —como el de energía, trato de gobierno, propiedad intelectual, impartición de justicia y telecomunicaciones— para llegar a una renegociación continua a partir de 2026.
Así, Trump mostró en un primer saque dos objetivos estratégicos para su relación con México. Y minimizarlas —como se hizo con las sentenciosas palabras del Justin Trudeau— no ayudará en mucho a una revisión comercial que pinta a renegociación.
Moyá Moyá: el Table es lo de menos. A las acusaciones contra el llamado Zar de las Solicitudes de Información, José Luis Moyá Moyá, que fue aprehendido en octubre pasado por autoridades judiciales de la Ciudad de México por delitos de extorsión, se le suma un video en Youtube donde se le relaciona con Óscar Guerra Ford, excomisionado del Instituto Nacional de Transparencia (INAI) que cobrara relevancia luego de que fue relegado por haber hecho uso de una tarjeta institucional en un centro nocturno para adultos.
El video, aún disponible en la plataforma, también apunta a los presuntos nexos de Moyá con la familia Mena que, a través de una de sus empresas estrella, Continental Automotriz, le habría realizado depósitos en efectivo por sus “servicios”.
Esta firma, propiedad de Héctor Mena Abascal, asesinado en su domicilio en febrero pasado, tenía contratos por más de mil 136 millones de pesos como proveedor principal de vehículos para diversas administraciones estatales. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), entonces a cargo de Ernestina Godoy, continúa armando el caso en contra de Moyá Moyá.
Se acabó el nearshoring. Las cifras son duras y —mientras no se les aplique “maquillaje del bienestar”— eso son: la Balanza de Pagos publicada por Banxico, a cargo de Victoria Rodríguez Ceja, revela que la Inversión Extranjera Directa (IED) acumulada entre enero y septiembre de 2024 sumó 35,5738 millones de dólares, un crecimiento de sólo 1.45% anual. Las empresas multinacionales, como lo dejó ver la mas reciente editorial del Wall Street Journal, tienen aversión al riesgo que significa un cambio incierto y desordenado a la impartición de justicia con “jueces-militantes” cuya capacidad cognitiva y experiencia poco vale ante su convicción partidista.
El dato de Banxico de IED más demostrativo de eso es el rubro de nueva inversión que en nueve meses del año en curso sumó unos 2,060 millones de dólares, es decir, una caída de 45.6% respecto a 2023 y uno de los niveles más bajos en dos décadas.
Esto no son encuestas de popularidad. Sólo es capital que busca donde establecerse para expandirse. Por ahora, México no es un nido convincente conforme a los datos reales.
Detallitos indios en Salud. Vaya vaya. Resulta que Nirmala Sitharaman, ministra de finanzas y asuntos corporativos de India esta de visita oficial a México y se apersonó en Guadalajara, Jalisco; presentada K. Krithivasan, presidente de TCS, expuso las oportunidades bilaterales para promover la innovación y el desarrollo económico en el país en miras de un nearshoring que, como se comentó, está a lomo de venado.
Jalisco es un cluster químico farmacéutico. India aspiraba que sus empresas fueran nuevamente proveedoras con importaciones del gobierno mexicano como en los tiempos de Jorge Alcocer en la secretaría de salud.
Pero ahora el subsecretario de Salud Eduardo Clark definió que en la megalicitación sólo entrarán empresas de países con que México tiene acuerdos comerciales o nada… a menos que instalen sus fábricas en el país.