La agenda política de esta semana ha estado preponderantemente ocupada por dos temas: las tensiones con Trump y la desaparición de 7 órganos constitucionales autónomos.
Claudia y Trump. Este lunes, Trump anunció que en su primer día de mandato, el 20 de enero de 2025, firmará una orden presidencial para imponer aranceles a importaciones provenientes de México y de Canadá. El arancel es de 25% sobre importaciones de ambos países hasta que se controle la migración ilegal y otro de 10% si los productos tienen origen chino hasta que China frene la llegada de fentanilo a Estados Unidos.
La administración de Joe Biden hizo que nos olvidáramos un poco del estilo y los modos de Donald Trump. Desde su campaña y desde que ganó la elección Trump ha mencionado su intención de poner en orden la relación con sus vecinos. Esta situación es similar a la que ocurrió en 2018 cuando anunció aranceles a la importación de acero como presión para controlar la migración a Estados Unidos desde México.
El resultado de esa situación es que se evitó la imposición de los aranceles, ya que se acordó que México controlaría la migración. Para lograrlo la administración de López Obrador desplegó a miles de elementos de la Guardia Nacional en las fronteras norte y sur para evitar la entrada y llegada a Estados Unidos de migrantes sin documentos. Esto disminuyó en cerca de 40% la migración a Estados Unidos en los primeros días de la estrategia, a expensas de cerrar la frontera para cientos de miles de migrantes que huían de la violencia y la pobreza en sus países.
En esta segunda administración de Trump al frente del Ejecutivo en Estados Unidos, el presidente electo está buscando llegar a enero con un nuevo acuerdo relacionado con la migración y con la seguridad transfronteriza. Aunque su amenaza no es creíble ya que estos aranceles producirían distorsiones económicas severas en los tres países, sí es una estrategia para que los gobiernos de México y Canadá se acerquen con Trump para ganarle tiempo al tiempo.
Ante la opinión pública, tanto Donald Trump como Claudia Sheinbaum están haciendo lo suyo. Claudia Sheinbaum envió una carta que leyó en la mañanera en donde indicaba que a un arancel de Estados Unidos vendría uno de México y que la crisis de fentanilo se debe en buena medida a la pérdida de valores en la sociedad estadounidense. Luego, anunció que tuvo una conversación con Donald Trump en donde se alinearon sobre la situación de la migración hacia Estados Unidos y acordaron fortalecer la seguridad con apego a derechos humanos y las soberanías nacionales. Por su parte, Donald Trump salió a anunciar que se acordó detener la migración cerrando la frontera sur y el tráfico y consumo de drogas.
En ambos casos los dos políticos están explotando los sentimientos de sus audiencias. En el caso de México, siempre es atractivo envolverse en la bandera y mostrar dignidad y fortaleza frente a Estados Unidos. Frente a la audiencia estadounidense a Trump le ha funcionado siempre colocarse como el que doblega a sus contrapartes. En los próximos días veremos el avance de estas negociaciones y pláticas.
Constitucionales Autónomos. Esta semana también se aprobó finalmente la desaparición de siete órganos constitucionales autónomos. Entre los más importantes está el Coneval que lo absorberá el Inegi (otro órgano constitucional autónomo); la Cofece se adscribe a la Secretaría de Economía, el IFT a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la CNH y CRE a la Secretaría de Energía y el Inai a la Secretaría de la Función Pública. Sumado a ello se crea una nueva autoridad en materia de libre competencia y concurrencia que absorberá las facultades sobre competencia económica de la Cofece y el IFT.
Esta reforma es un avance más en la consolidación del Plan C, que distingue la concentración de facultades y poder del Estado mexicano en el Poder Ejecutivo. Es una reforma agridulce. En el caso del órgano de transparencia hay serias dudas sobre si el acceso a la información estará garantizado por lo menos con el mismo estándar que tenía el órgano autónomo. Por lo que hace a los mercados de competencia económica, se abre una ventana para mejorar las regulaciones de competencia económica y telecomunicaciones en las normas secundarias y ver su funcionamiento con su reincorporación al Ejecutivo.
Sobre todo, queda ver cómo se realizará el andamiaje institucional para garantizar los compromisos de México en el T-MEC, cuya revisión con la nueva administración Trump no será tarea sencilla.