La reciente actuación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en el caso de Grupo Elektra es un claro ejemplo de cómo la falta de integridad y legalidad en las instituciones financieras puede erosionar la confianza en los mercados mexicanos. Ignorar una orden judicial emitida por el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), cuya finalidad era proteger a los inversionistas de los posibles efectos negativos de un litigio internacional, no sólo desacredita la autoridad del regulador, sino que pone en entredicho el compromiso del sistema financiero con el Estado de derecho.
Este desacato, ejecutado en conjunto con la Unidad de Banca y Valores (UBVA) y respaldado por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), expuso a los participantes del mercado a un desplome descontrolado de las acciones de Elektra, que alcanzó hasta un 70%, contraviniendo las propias reglas de la BMV, que exige suspender cotizaciones cuando las fluctuaciones superan el 15%. Quizá se diga que se acataron órdenes, pero el procedimiento y las formas dejan claro que se tomaron las decisiones incorrectas, y aquí tiene mucho que aclarar el titular de la CNBV, Jesús de la Fuente Rodríguez.
Lejos de proteger a los inversionistas y velar por la estabilidad del mercado, estas instituciones permitieron una serie de decisiones que desestabilizaron el entorno bursátil, afectaron patrimonios y dejaron en evidencia una falta alarmante de ética y transparencia. La BMV, que debería ser un refugio seguro para el capital, ha perdido credibilidad como una opción viable para los inversionistas, a pesar de los esfuerzos y lejos del gran trabajo que hizo en su momento Jaime Ruiz Sacristán. Los hechos recientes demuestran que no sólo incumple sus propias normativas, sino que parece incapaz o renuente a garantizar un terreno de juego justo. Esto es especialmente preocupante en un país donde el mercado bursátil ya enfrenta desafíos para atraer nuevos emisores e inversionistas, y donde los volúmenes de operación son limitados en comparación con otras economías emergentes.
Murat y la 4T, el mundo al revés
La raíz del problema se encuentra en la ausencia de un verdadero compromiso con los principios de integridad y legalidad que deberían regir el funcionamiento del sistema financiero. En el caso de Elektra, el levantamiento de la suspensión no sólo ignoró las advertencias de la propia empresa, que alertó sobre el riesgo que esto representaba para el mercado, sino que además dejó sin protección a miles de inversionistas frente a un entorno desordenado y volátil. Esto, sumado a las implicaciones de un litigio internacional por fraude, plantea preguntas fundamentales sobre los intereses que están siendo priorizados por las autoridades financieras.
Más allá del caso puntual, la situación refleja un problema estructural. La CNBV, la UBVA y la BMV deberían trabajar en conjunto para garantizar la transparencia, la equidad y la protección de los participantes del mercado. Sin embargo, sus acciones recientes muestran una desconexión con estos principios fundamentales y una falta de coordinación que pone en peligro la confianza en el sistema. Si las propias instituciones que regulan y operan los mercados no respetan las normas, ni mucho menos las decisiones judiciales, ¿cómo pueden esperar atraer y retener capital de calidad?
La BMV, en particular, se encuentra en una encrucijada. Su reputación como un espacio seguro y confiable para el intercambio de valores se ha visto gravemente dañada, y esto afecta no sólo a las empresas emisoras, sino también a los inversionistas locales e internacionales que buscan estabilidad y reglas claras. En un entorno donde la confianza es el activo más valioso, esta pérdida de credibilidad tendrá consecuencias duraderas si no se toman medidas inmediatas y contundentes para reformar los procesos y garantizar la rendición de cuentas. En un momento en que México necesita consolidarse como un destino atractivo para la inversión, este tipo de episodios envía un mensaje negativo al mercado global. La confianza en las instituciones financieras y en el sistema de justicia es esencial para cualquier economía que aspire a crecer de manera sostenida y equitativa. Sin embargo, mientras las acciones de los reguladores y operadores sigan minando esta confianza, la Bolsa Mexicana de Valores seguirá alejándose de ser una opción viable y competitiva para inversionistas y empresas.
Ebrard y AMIA. Que les fue bien a los de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) que dirige Odracir Barquera, en la reunión que sostuvieron con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Retos muchos en esta industria, más de los que usted se puede imaginar, pero siempre se va con el camino de “áreas de oportunidad”, así que analizar lo que le conviene al sector automotriz, es lo importante en una industria vital para la economía mexicana y para el comercio en América del Norte. En la reunión se dejaron ver los ejecutivos de BMW, General Motors, Mazda, Mercedes-Benz, Stellantis, y un colado de una firma estadounidense. Las conversaciones se centraron en fortalecer las cadenas de valor y aumentar la competitividad de México en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Así que las empresas, más allá de los planes futuros y de la conversación de hacia dónde va este sector, las automotrices ya se cobijan para enfrentar posibles escenarios adversos, que podrían venir con el presidente Donald Trump.
Voz en off. Ya veremos de qué está hecho Jorge Álvarez Máynez que se convierte en el nuevo dirigente de Movimiento Ciudadano, un gran peso y responsabilidad tendrá este personaje que sólo se dedicó a generar una sonrisa fingida que sólo a él le gustó, hoy nuevamente tiene que demostrar la “nueva oposición” que son, cuyos cimientos están hechos por personajes del pasado. La división interna en el partido naranja está más vigente que nunca. El coquetear con la estrategia “fosfo fosfo” y sus autores, ya vieron que no les funcionó, así que si pretenden que ésa sea su estrategia en el futuro van a ir directamente al fracaso….