El ingreso es el producto del trabajo de cada quien. Para Robinson Crusoe los peces que pesca, producto de su trabajo, son su ingreso. Para un columnista, que publica sus artículos en periódicos y revistas sus honorarios, producto de su trabajo, son su ingreso. Para un empleado, que trabaja en y para una empresa, su sueldo, producto de su trabajo, es su ingreso.
Generar ingreso es condición necesaria para poder satisfacer las necesidades. Si Robinson Crusoe no pesca, no come, no satisface el hambre. Generar ingreso suficiente es condición necesaria para poder satisfacer totalmente las necesidades. Si Robinson Crusoe no pesca lo suficiente, no come lo suficiente, no satisface totalmente el hambre.
¿Cuál es el principal reto, a nivel personal, en materia económica? Generar ingreso suficiente que permita, por lo menos, satisfacer totalmente las necesidades básicas, aquellas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la salud, la vida y la dignidad de las personas.
El ingreso debe ser suficiente para, por lo menos, poder comprar la canasta básica alimentaria. Quien no es capaz de generar esa cantidad de ingreso se encuentra, según la nomenclatura del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, en condición de pobreza laboral.
Según el Coneval, durante el tercer trimestre del año el 35.1% de la población ocupada estuvo en condición de pobreza laboral (48.5% en áreas rurales y 30.7% en zonas urbanas), incapaz de generar el ingreso suficiente para comprar la canasta básica alimentaria. Un año antes, durante el tercer trimestre de 2023, fue el 37.3%. Un trimestre antes, a lo largo del segundo de 2024, fue el 35.0%.
“En el tercer trimestre de 2024 —informa Coneval— el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $7,397.27 al mes. Los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral real mensual de $8,067.53 y las mujeres de $6,433.15 pesos reales”, ingreso laboral que, si aceptamos que el ingreso es el producto del trabajo de cada quien, es el único que debe ser considerado ingreso, no siendo el caso del dinero que el gobierno le da (en efectivo o en especie), a los beneficiarios de sus programas sociales, efecto de la redistribución del ingreso, por la cual el gobierno le da a unos parte del ingreso generado por otros.
En el tercer trimestre del año el 35.1% de la población ocupada fue incapaz de generar el ingreso suficiente para comprar la canasta básica alimentaria y el ingreso laboral de la misma fue de $7,397.27 mensuales, dos cifras que dejan muy claro cuál es el principal obstáculo para que, de manera independiente, gracias a la generación personal de ingreso, no a la redistribución gubernamental del mismo, logremos en México mayores niveles de bienestar, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone para la satisfacción de las necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que generar ingreso, para lo cual hay que trabajar.
Trabajo = ingreso = compra de satisfactores = satisfacción de necesidades = bienestar. Bien.
Trabajo más productivo = mayor ingreso = compra de más y mejores satisfactores = mejor satisfacción de necesidades = mayor bienestar. ¡Mejor!