Con los mecanismos legales que construyó el PRIAN, la 4T logró asegurarse la simpatía y algo más del INE a través de su consejera presidenta, Guadalupe Taddei.
Legítimamente, la 4T y su mayoría legislativa aprobaron la demolición del Poder Judicial en aras de tener una nueva justicia buena, pronta, expedita, humana y progresista gracias a la elección universal y secreta de jueces, magistrados y ministros.
En esa hoja de ruta, la 4T tropieza con una discrepancia sustantiva. Ante una jornada electoral inédita para reconstruir a la mitad al Poder Judicial el 1 de junio del próximo año, y la segunda parte en el 2027 al tiempo de la intermedia federal, determinar cuánto dinero necesita el INE, su INE, para organizar, operar y garantizar un proceso democrático y confiable.
Murat y la 4T, el mundo al revés
Trece mil millones de pesos estimó el INE. Ni en sueños le dice Morena y sus aliados desde la Cámara de Diputados. Nueve mil millones o menos, incluso la mitad de lo solicitado dicen ahora los opositores a la 4T.
¿Quién, cómo, qué hacer para que esa elección sin precedente logre estructurarse correctamente? Y de nuevo, que sea confiable.
Austeridad, esa mantra cuatroteísta que imagina que con honestidad, ganas y tres pesos todo será posible. Con austeridad republicana, López Obrador destruyó el sistema nacional de atención médica y suministro de medicinas y tratamientos.
Aquel “austericidio”, como tantos otros, terminó costando muchos pesos más, porque hubo que comprar de urgencia, al precio que fuera, para detener la implosión provocada.
Por austeridad y honestidad, el proyecto para un aeropuerto en Texcoco se canceló y nadie fue acusado formalmente de nada. La muy baja afluencia de la buena terminal aérea Felipe Ángeles junto con la carcachización del vetusto, y ahora indecoroso, Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez, le han costado al país y los usuarios, civiles y mercantiles, miles de millones de pesos.
No por económicas, todas las acciones públicas deberían ser para mejorar, y si de democracia hablamos, los platos rotos con desconfianza, desprestigio y resultados contrarios a los objetivos originales terminan por costar, además de dinero, desarrollo, civilidad, calidad política, justicia, equidad e inclusión.
¿A poco se necesitan trece mil millones de pesos? Eso dice el INE, no de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Eso lo calculó el INE bueno de la 4T, el mismo que argumenta que la mayor parte de ese presupuesto es operativo.
Si dudan de sus huestes empoderadas, entonces digan: ¿De a cómo quieren el maravilloso y probo nuevo Poder Judicial mexicano?
Desde la bancada morenista-monrealista van a estimar mejor que el INE el costo de cimentar una elección nunca antes orquestada. De ser así, ¿por qué entonces no se meten de una buena vez a simplificar todo el quehacer del INE hasta llegar al punto de partida, cuando Gobernación manejaba y tiraba el sistema a conveniencia?