Sin embargo, si existiera la posibilidad de hacer la analogía con una vieja expresión utilizada por mi madre según la cual “quien tiene tienda que la atienda y si no que la descienda” es de observar con mucha atención el llamado y firme sugerencia de la Presidenta Claudia Sheinbaum respecto de los mandatarios estatales, por facultad y competencia formal, obligados a coordinar la política pública de seguridad y a entregar resultados.
Los gobiernos no venden. Administran. Supervisan.
La primera obligación percibida nacionalmente es la seguridad. Si antes era obvio, ahora la buena noticia es la coordinación local y nacional desde el énfasis presidencial. Sitúa a los mandatarios estatales bajo el foco de una supervisión coordinada tanto desde los estados como de la federación.
Murat y la 4T, el mundo al revés
Durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Sheinbaum coloca en la mesa de trabajo de todos los gabinetes una señal contundente sobre obligaciones cumplidas y omisiones pendientes advertidas en cada entidad.
El suyo, dijo, “es un llamado respetuoso a todas y todos: atiendan diario el Gabinete de Seguridad (...) ahí donde el gobernador o gobernadora está al frente se nota, ahí donde no se atiende siempre hay problemas”. La Presidenta predica con el ejemplo. Ni la detuvieron los obstáculos, ni las inercias ni las fronteras de la CDMX para realizar detenciones cuando fue Jefa de Gobierno. El mensaje es también: no la detendrán en sus objetivos nacionales las o los gobernadores tibios, torpes, ineficientes o corrompidos por sus cercanías con el proceso de naturalización de la violencia delictiva de alta peligrosidad.
Durante el gobierno de Sheinbaum en la CDMX hubo casi mil 500 reuniones diarias de seguridad donde estaban representantes de diversas instituciones, como la Secretaría de Seguridad Ciudadana, encabezada entonces por el hoy titular federal, Omar García Harfuch; la Fiscalía General de Justicia, Guardia Nacional, el Ejército o el C5, para una evaluación y supervisión constante. Un espacio al que fue invitado de manera cotidiana el Consejo Ciudadano y donde se detonaron operativos centrales contra extorsiones y promotor de persecución de generadores de violencia. Generó resultados como la reducción de más del 50 por ciento en los delitos de alto impacto.
El compromiso de alcaldesas y alcaldes, como ocurrió en Iztapalapa con Clara Brugada, ahora Jefa de Gobierno, se reflejó en una baja superior al 60 por ciento. Construyó seguridad desde el territorio y a partir del conocimiento de las dinámicas específicas de cada comunidad. Retomo a Sheinbaum. “Es indispensable que ustedes asuman esa responsabilidad, la coordinación no se puede dar si no está la cabeza”.
Las y los 30 mandatarios reunidos en Acapulco, incluidos los de oposición, escucharon. El que quiera entender, que atienda.