Ha pasado el primer año de gobierno de Javier Milei y si en algo ha sido congruente con su estilo desde campaña de estrella de rock, es en provocar a la gente para salir a las calles y gritar eufóricos, aunque esta vez en su contra.
El manejo de las protestas sociales desde que inició su gestión ha sido con un altísimo nivel de represión, y lo comprueba así en su informe sobre la represión estatal la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), un organismo local de prevención de la tortura.
El CPM de la mano del Comité Nacional de Prevención de la Tortura y el Mecanismo Local de CABA monitorearon las diferentes manifestaciones públicas durante el primer año y en el 28% de ellas se consideró que se ejerció de manera desproporcionada el uso de la fuerza para la dispersión y represión.
Lo que Merino dejó en el edén
Los números son de terror, con 1216 personas heridas, 2 de ellos perdieron parcialmente la vista, 98 fueron detenidos arbitrariamente y muchos denunciaron casos de tortura y maltrato.
Resultaron heridos 98 periodistas, 24 integrantes de organismos de derechos humanos y 10 trabajadores del sistema de salud.
La política represiva instaurada de manera directa y clara por Milei, ha llegado a prohibir cualquier tipo de manifestación en las calles, y si pasa que algún ciudadano tiene la mala suerte por cruzar cerca de los protestantes, también puede sufrir algún tipo de agresión.
El famoso protocolo “Antipiquetes” permite a la Policía Motorizada, Policía Federal, Policía de la Ciudad y Prefectura Naval puedan disparar a quemarropa contra cualquiera que se manifieste.
Y así es como uno de mis fotoperiodistas favoritos Juani Ignacio Roncoroni ha captado estas fotografías que documentan la represión y frialdad de los cuerpos de policía.
La foto principal es indiscutible, es ver para creer sin pretextos la violencia civil, el abuso de poder y de dictar un discurso que impulsa el factor más peligroso entre la gente: el emocional, porque surge las ganas de venganza y de violencia.
¿Cómo no se enciende la rabia cuando miras que la democracia se disfrazó de autoritarismo? ¿Cuando miras cómo callan a golpes a tus compañeros? ¿Cómo no enfurecerte cuando miras cómo jalonean por el piso a una mujer como tú?.
El rostro del enojo y la rabia. Te dijeron mentiras y lo que menos les importa es tu voz, tu desesperación y tu mala suerte de no ser afortunada para estar del otro lado.
La segunda foto, es la imagen que da constancia a la números, a las estadísticas en cualquier informe y por cualquier ONG.
Los heridos superan los 1,200 de los que se saben, allí incluidos este joven que vemos en el piso inconsciente, sin camisa y con heridas en su pecho.
En la lista incluyen a adultos mayores, niñas, niños, personas con discapacidad, que registraron quemaduras, intoxicaciones, heridas de armas de goma y el total abuso.
Juani hace un trabajo duro y magnífico, porque tiene la paciencia para su ojo que busca lo que no se ve y sobre todo, lo que NO quieren que veas.
Un fotoperiodista completo con técnica, pero sobre todo emoción e intención.
Milei, el presidente que carga con su carpeta y su estuche de lentes como un objeto de apego, también luce inseguro con la gente, con el pueblo al que tanto le habló de salvación y liberación.
No basta con defender una ideología o métodos estrictos para “recuperar” lo perdido o lo robado, ni mucho menos cuando la gente es callada a golpes en el piso y a la vista de todos.
El autoritarismo solo genera violencia, rabia y más resentimiento, y si no lo cree mire las fotos.
