El triunfo de Donald Trump y sus declaraciones acerca de las acciones que busca emprender al tomar protesta como presidente de Estados Unidos han desencadenado una serie de acciones ejecutadas por actores pertenecientes a distintos sectores.
Los sólo dichos del próximo mandatario han generado preocupación y ocupación. La amenaza de imponer aranceles ha provocado que los mecanismos de planeación y gestión del riesgo de la industria automotriz aceleren sus procesos. Como ejemplo, Mazda está reconsiderando sus inversiones en México, en caso de que la amenaza se materialice. La firma exportó aproximadamente 120 mil vehículos fabricados en su planta en Guanajuato en el año 2023, lo que representa cerca del 30 por ciento de sus ventas.
Las dudas no sólo abordaron a Mazda, sino también a otras compañías como Tesla, quien también pausó sus decisiones hasta constatar las primeras acciones del próximo gobierno estadounidense. Representantes del Gobierno de México han manifestado que la amenaza de aranceles afectará primordialmente al propio Estados Unidos, lo que hace poco probable que se materialicen.
El sector automotriz mexicano representa una poderosa industria que genera enormes inversiones y empleos anualmente. Audi produce su modelo Q5 en Puebla, donde más de 5 mil mexicanos produjeron 170 mil vehículos en 2023; BMW produce sus modelos Serie 3, Serie 2 y M2 en San Luis Potosí; Honda en Guanajuato envía el 80 por ciento de su producción a Estados Unidos; Nissan produce en México sus modelos Sentra, Versa y Kicks que suman más de 500 mil vehículos producidos por manos mexicanas; Toyota produce su famosa pick-up Tacoma en territorio mexicano, sumando más de 230 mil piezas en 2023; VW produce sus modelos Tiguan, Jetta y Taos en Puebla, sumando más de 350 mil piezas construidas con manos mexicanas que se exportan a Estados Unidos; el liderazgo en importación de modelos de fabricación mexicana a nuestro vecino del norte lo tienen General Motors y Ford. La mano de obra mexicana se ha convertido en un complemento fundamental de los vehículos que se venden en Estados Unidos y Canadá, y los posibles aranceles anunciados por el presidente electo Trump, ponen en riesgo su continuidad.
Es la industria automotriz el segundo sector económico más importante de México, empleando a más de 900 mil personas que contribuyen con el 4 por ciento del PIB. Una industria en constante evolución a la que los retos actuales han obligado a incrementar su productividad, reciclar materiales e incrementar la eficiencia en el uso del agua y la energía.
Una medida como la imposición de aranceles atentaría contra la integración económica norteamericana, afectando a los 3 países participantes del T-MEC. Son dos las opciones en la mesa: el diálogo que nos lleve a acuerdos de cooperación que beneficien a todas las partes y, por el otro, la imposición de aranceles que, sin lugar a dudas, marcaría una reconfiguración total del sector con serias afectaciones a nuestra economía; que sea la primera opción la que prospere.